En el siglo XX desapareció el 90% de los peces

En el siglo XX desapareció el 90% de los peces

Si nos dicen que la ciencia tiene los pies en la tierra no debería preocuparnos. Más bien lo contrario. Pero una mirada más profunda despierta cierta inquietud. La ciencia a penas se preocupa de los que pasa en los océanos, la ciencia no se moja los pies con la regularidad que debería. Se estudian y se protegen diez veces más las especies naturales de superficie.

Partiendo de esta premisa no debería sorprendernos que en el último siglo hayan desaparecido el 90% del volumen de peces con un porcentaje de biodiversidad protegido bajo el mar del 0,1%. Desde el CSIC piden medidas para proteger y conocer lo que nos queda pero reconocen que hay un escollo principal “no se pueden poner fronteras en medio del mar, ni explicar a los peces qué zonas están protegidas».

El último número de la revista Science recoge en su editorial estas reflexiones avaladas por

Carlos Duarte, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Iris E.Hendriks, científico asociado en la Universidad de las Islas Baleares.
Carlo H.R. Heip, director del Centro de Ecología Marina del Instituto Holandés de Yerseke.

Para Duarte se debe

Revertir esta situación y llegar a un mejor equilibrio del esfuerzo de investigación en biodiversidad marina y terrestre.

Se requiere un esfuerzo de interconexión entre los investigadores dedicados al océano, lo que implica grandes recursos y medios técnicos, y mayor inversión financiera para investigar la vida en el océano.

El investigador dice que en el contexto de la Convención de Kioto para la protección de la diversidad biológica

Ha habido progresos importantes, pero persisten aún grandes problemas para encontrar medidas viables para proteger la vida en los océanos.

Se necesitan modelos y conceptos operativos respecto a cómo proteger la vida en los océanos, porque la traslación de la denominación de área protegida aplicada al ámbito terrestre puede no ser efectiva para los mares.

EN EL FONDO

Un problema añadido es el carácter internacional de gran parte de los océanos y el vacío legal que existe para proteger o legislar sobre los mismos

«Es un reto intelectual o científico aún no abordado», dijo Duarte, para quien

Los conceptos para la protección de la naturaleza terrestre no son directamente extrapolables al océano, porque no se pueden poner fronteras en medio del mar, ni explicar a los peces qué zonas están protegidas.

CON LA CIENCIA EN LA TIERRA

La mayor parte del esfuerzo en investigación sobre biodiversidad se está destinando al ámbito terrestre, con un nivel diez veces superior al que se dedica para estudiar los océanos.

En opinión del experto del CSIC, no se puede dilatar excesivamente la necesidad de impulsar la investigación sobre biodiversidad marina porque, advirtió, «las amenazas son tangibles ya».

Por un lado, avisó de «la sobreexplotación de los océanos por la sobrepesca», lo que ha provocado que la abundancia de poblaciones en el océano, es decir, la biomasa de peces, haya disminuido más del 90% en el último siglo.

CALENTAMIENTO GLOBAL

Por otro lado, advirtió de «amenazas importantes» a causa del calentamiento global con impactos sobre el enfriamiento de los ecosistemas marinos, y se refirió también al problema de la acidificación del océano, «algo que se está poniendo de manifiesto últimamente».

Duarte explicó que el aumento de CO2 en la atmósfera está provocando un aumento de dióxido de carbono en el océano, lo que hace que el PH de los mares esté disminuyendo.

Concluyó que esto se trata de una amenaza grave para la vida de todos los organismos del océano con esqueletos carbonatados, como los corales, los moluscos y otros.

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