Una plaga de mejillón cebra afecta a casi toda la cuenca del Ebro

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) reconoce que la plaga del mejillón cebra, una especie invasora que provoca graves afecciones medioambientales y económicas, afecta a la practica totalidad de la cuenca, salvo los afluentes y embalses de Cantabria, País Vasco y La Rioja.

El presidente del organismo hidrográfico, José Luis Alonso, dijo que la situación es «muy grave» y que hay que tomar medidas de «convivencia» con este bivalvo de agua dulce para minimizar lo efectos de su expansión, como el confinamiento de embarcaciones en los embalses del norte.

Alonso hizo esta valoración tras presentar a todas las administraciones que forman parte de la Confederación el mapa de la afección potencial de la plaga, que señala las zonas donde técnicos de la CHE y las Comunidades Autónomas han encontrado larvas o mejillones adultos, así como las áreas que, con una probabilidad muy superior al 90% pueden estar potencialmente afectadas.

«Si en un canal que se abastece de un pantano encontramos larvas es evidente que aguas arriba nos vamos a encontrar mejillones adultos», explicó Alonso, para constatar la plena extensión de la plaga.

Alonso sentenció que está infectado todo el eje del Ebro a partir del embalse de Sobrón (Burgos), incluidos los canales y acequias que toman agua de éste, y prácticamente la mayoría de los afluentes de las márgenes izquierda y derecha desde los grandes embalses, con la excepción de la parte alta de la cuenca.

Las únicas zonas donde no hay ningún indicio de posible afección son el embalse del Ebro (Cantabria) y los que regulan los afluentes del País Vasco (Ullivarri, en el Zadorra, y Urrúnaga, en el Santa Engracia), así como los afluentes de La Rioja (cuencas del Najerilla e Iregua).

El mapa de la CHE revela la presencia de larvas, además de en el eje del Ebro, en afluentes de la margen izquierda como el Arga (en Huarte, Navarra), Gállego (Ardisa, Huesca), Cinca, Esera (aguas abajo del embalse de Barasona), Segre (desde el pantano de Oliana, Lérida) y Noguera Pallaresa (en Camarasa, Lérida), y de la derecha, como el Guadalope (en Caspe, Zaragoza) y el Martín (en Oliete, Teruel, aguas abajo del pantano de Cueva Foradada).

Alonso valoró los esfuerzos que realizan coordinadamente las comunidades autónomas, algunos usuarios y la CHE para intentar atajar en lo posible la expansión de esta especie, pero reconoció que «desde el punto de vista medioambiental y económico es una afección muy grave».

Confinamiento de embarcaciones

La CHE presentó ayer a los 48 miembros -18 de ellos de las Comunidades Autónomas que forman parte de la cuenca y siete de la administración del Estado- de su junta de gobierno un documento sobre las medidas con las que trabaja relacionadas principalmente con la navegación. En este sentido, se planteó de común acuerdo con las comunidades

autónomas estudiar el posible confinamiento de embarcaciones en el embalse del Ebro (Cantabria) y los de Ullivarri y Urrúnaga para evitar favorecer la expansión a la cuenca norte.

También se valoró la posibilidad de prohibir la navegación en los embalses que abastecen a poblaciones importantes y confinar las embarcaciones o poner instalaciones de limpieza, así como elaborar normas de navegación para remo y piragua en colaboración con las federaciones, usuarios y empresas del sector.

A finales de este mes concluirán nuevos muestreos hechos en los embalses navegables de la cuenca, para ratificar la presencia del mejillón cebra, que provocó la alarma en septiembre pasado al descubrirse ejemplares adultos en el pantano de Sobrón (Burgos), en la cabecera del río.

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