Compartimos con el macaco el 97,5% de los genes

(PD/Agencias).- Un amplio grupo de investigadores reunidos en el Consorcio del Análisis y Secuencia del Genoma del Macaco Rhesus presenta esta semana en la revista Science las principales características del genoma del macaco rhesus (macaca mulatta), el tercero de los genomas secuenciados en los primates tras los del hombre y el chimpancé.

Los resultados muestran que humanos, chimpancés y macacos comparten el 97,5% de sus genes y que este porcentaje se reduce al 93% cuando se comparan las secuencias de ADN que humanos y macacos comparten.

Los macacos divergieron hace 25 millones de años de los ancestros del Homo Sapiens, y desde entonces estos primates, los primeros en llegar al espacio y considerados sagrados en la cultura hindú, han seguido una evolución genética distinta a la de los humanos.

El trabajo supone, según sus autores, una poderosa herramienta para comprender las claves de la biología humana que se refieren a la salud y la enfermedad.

El ADN empleado para el estudio, liderado por Roger Gibbs del ‘Baylor Collerge of Medicine Human Genome Sequencing Center’ en Houston, se obtuvo de una hembra de macaco rhesus del Centro Nacional de Investigación de Primates Southwest.

Esta muestra se combinó con otras de otros centros hasta alcanzar una muestra final a comparar con el genoma humano, un borrador nuevo del genoma del chimpancé, la secuencia de más de una docena de especies, el HapMap humano y la Base de Datos de las Mutaciones Genéticas Humanas.

Una de las principales características es que el genoma del macaco es menos parecido al genoma humano que el del chimpancé, que posee una similitud del 99% con el humano, lo que significa que la comparación entre el genoma humano y el del macaco podrá ofrecer más datos sobre las características que se han conservado en los primates con el paso del tiempo que la que ofrecería la comparación entre chimpancés y humanos.

Los investigadores han identificado cerca de 200 genes que podrían ser claves para determinar las diferencias entre las especies de primates. Estos genes intervienen en aspectos como la formación del pelo, la respuesta inmune, las proteínas de membrana y la fusión entre esperma y óvulo.

Muchos de estos genes se localizan en áreas del genoma del primate que han sufrido una duplicación, lo que indica que tener una copia extra de un gen podría permitir una evolución más rápida y que las pequeñas duplicaciones son una característica clave de la evolución de los primates.

Los científicos también descubrieron que existen casos en los que la forma normal de ciertas proteínas del macaco se parece a la de proteínas humanas enfermas. Este es el caso de la fenilcetonuria, un trastorno genético que puede causar daños en el cerebro y retraso mental en los humanos debido a los defectos existentes en una enzima.

VIH y ADN basura

Entre los trabajos realizados por el Consorcio, constituido por 170 investigadores de 35 instituciones, y publicados esta semana en ‘Science’ se encuentra uno dirigido por Kyudong Han, de la Universidad del Estado de Louisiana, que realiza una comparación entre los elementos móviles del genoma, el denominado ‘ADN egoísta’.

Los científicos han identificado unos 100.000 de estos elementos móviles en el genoma de macaco que aparecieron después de la divergencia con el genoma humano.

Estos elementos, descubiertos por Barbara McClintock que recibió el Premio Nobel por su trabajo, suponen casi la mitad del genoma pero se cree que no poseen ninguna función.

Según los investigadores, este ‘ADN egoísta’ puede causar estragos al provocar enfermedades genéticas que incluyen el cáncer de mama, la hemofilia o la hipercolesterolemia en los humanos, por lo que el interés se centra en determinar la evolución de estos elementos móviles en los diferentes genomas de primate y su impacto.

Los macacos rhesus son considerados el mejor modelo animal del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Así, otra de las investigaciones que publica ‘Science’ se centra en el análisis genético de dos poblaciones de estos primates, procedentes de China e India respectivamente, que divergieron hace 162.000 años.

La determinación de las variaciones genéticas en estas dos poblaciones es importante por sus implicaciones biomédicas ya que estos subgrupos responden de forma diferente a algunas enfermedades como por ejemplo el VIH.

El estudio, dirigido por Ryan D. Hernández, de la Universidad de Cornell en Ithaca (Estados Unidos), muestra que cuando son infectados por el VIH, los macacos chinos desarrollan más lentamente los síntomas que aquellos procedentes de la India.

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