Avistado un ejemplar de delfín del Yangtsé, que se creía extinguido

Avistado un ejemplar de delfín del Yangtsé, que se creía extinguido


(PD/Agencia EFE).- Un ejemplar del delfín del río Yangtsé o «baiji», especie declarada extinguida funcionalmente este mes, ha sido visto y grabado en vídeo por un vecino de la ciudad de Tonglin, en la provincia oriental de Anhui.

Menos de tres meses ha estado extinguido el delfín blanco del Yangtsé. Este mamífero nadador, que sólo se encontraba en las aguas del gigantesco río chino, fue grabado el pasado 19 de agosto por un pasajero de un barco.

Las imágenes han sido revisadas en el Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias China, cuyo representante, Wang Kexiong, ha confirmado que la enorme mancha blancuzca pertenece a un delfín baiji (el nombre en chino de la especie).

El doctor Wang Kexiong, del Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias de China, confirmó tras ver la grabación que se trata efectivamente de un «baiji», un cetáceo prehistórico, tímido y casi ciego, también conocido como delfín de aleta blanca.

«Nunca había visto un animal tan grande en el agua, así que cuando lo vi lo filmé. Estaba a unos mil metros de distancia y saltó del agua en varias ocasiones», dijo Zeng Yujiang, el vecino que hizo el descubrimiento el pasado 19 de agosto.

La noticia llega el mismo mes en que la especie fue declarada extinguida funcionalmente, en un informe elaborado por científicos chinos y extranjeros que, en diciembre pasado, rastrearon sin éxito 3.400 kilómetros del río en busca de ejemplares del mamífero, del que en los años 80 quedaban 400 ejemplares.

La última vez que se había visto un ejemplar de esta especie (Lipotes vexillifer) había sido en 2004. El Gobierno chino tiene incluso una reserva acuática preparada para recuperar la especie, pero el último ejemplar que se mantenía en cautividad, Qi Qi, murió en 2002.

La expedición, patrocinada por August Pfluger, director del grupo ecologista suizo «Baiji.org», y equipada con la más moderna tecnología, no encontró señales de un solo individuo de la especie, uno de los cuatro delfines fluviales del mundo.

Según Pfluger, en aquella ocasión, aunque se les hubieran escapado uno o dos ejemplares el delfín se podía considerar funcionalmente desaparecido.

En cualquier caso, para declarar la extinción definitiva de una especie animal tienen que pasar 50 años sin que ningún ejemplar sea visto, según la Unión de Conservación Mundial.

La constante merma del «baiji» hasta su práctica desaparición se debió a los métodos de pesca ilegales (con detonaciones y descargas eléctricas), la excesiva navegación, la contaminación y la construcción de grandes obras hidroeléctricas, entre ellas la mayor del mundo, la presa de las Tres Gargantas.

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