Ovejas negras para salvar la crisis

(PD).- La oveja negra, eterna maltratada de algunos dichos populares, se ha convertido para algunos ganaderos de España en una oportunidad para sobreponerse a la crisis.

Esta clase de ovejas es más barata de mantener, la carne tiene una aceptación muy alta en el mercado y las subvenciones son superiores respecto a la blanca.

En España existen alrededor de un millar de ovejas de raza merina negra, según la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Merino, y las zonas donde aún se pueden contemplar por el campo son Castilla y León, Andalucía y Extremadura.

Hace 500 años la raza merina era negra en su mayoría y lo excepcional era ver una merina blanca.

Discriminada por el color de su lana

Según Manuel Santos, uno de los responsables de la ANCGM, «esta raza ha pasado de ser un animal muy común hace muchos años a estar ahora en peligro de extinción».

En 1990 apenas quedaban varias decenas de ovejas de raza merina negra. El cambio se produjo porque los ganaderos comenzaron a dejar para la reproducción a las ovejas blancas y a utilizar para el consumo a las negras.

La justificación para su ‘discriminación’ era que la lana negra no servía porque, al contrario que la blanca, no se podría teñir.

La oveja negra ayuda a pasar la crisis

En la actualidad se ha producido un repunte, ya que «esta raza recibe el doble de subvención que el resto, por estar en peligro de extinción, y además muchos ganaderos la mantienen por la singularidad o por mera diversión», ha argumentado Juan José Miguélez, uno de los veterinarios de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Merino.

Otra de las características a favor de esta raza es que aprovecha todos los recursos de la finca y, por tanto, el mantenimiento es más barato, circunstancia muy valorada entre los productores de ovino, dada la crisis que atraviesa el sector, motivada, sobre todo, por el encarecimiento de los piensos.

La carne de esta raza también es muy preciada por los consumidores, puesto que «es muy parecida a la del cabrito», según Manuel Santos.

La Asociación Nacional de Criadores de Merino tiene testadas cada una de las ovejas negras que hay en España, con el fin de que los ganaderos tengan un certificado de raza autóctona y en peligro de extinción.

Además, disponen de un libro genealógico en el que se registran cada alta y cada baja de los 18 rebaños que existen en España.

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