(PD).- Las autoridades islandesas han autorizado a partir de 2009 la pesca de 150 ejemplares anuales de rorcual común y otros tantos de rorcual aliblanco durante los próximos cinco años, informó este miércoles la emisora Radio de Islandia.
La cuota permitida el año pasado era de 9 rorcuales comunes y 40 aliblancos. El ministro saliente de Pesca, Einar Gudfinnsson, justificó la decisión apelando a las recomendaciones del Instituto de Investigaciones Marinas de Islandia.
No obstante, el aumento de la cuota recién aprobado, podría ser revocado dentro de unos días si el Movimiento de Izquierda Verde, que se opone a la caza de ballenas, pasa a formar parte de un hipotético Gobierno de izquierdas.
Esto es posible porque el Gobierno islandés de coalición entre conservadores y socialdemócratas dimitió hace dos días a causa de las protestas contra su gestión durante la crisis económica que afecta al país.
UNA ISLA A LA DERIVA
Los islandeses, aún incrédulos por todo lo ocurrido y tratando de digerir un paro que de inexistente ha pasado a ser del 7,8%, asumen como necesaria la crisis política, aunque muchos dicen que no es suficiente y que hay que cambiar leyes para que algo así no vuelva a ocurrir.
La crisis se ha extendido a todos los sectores: Dagur Gunnarsson era redactor en el diario más importante de Islandia, Morgunblaðið, pero perdió su empleo hace tres meses por «el descenso de la publicidad». Despidieron a 26 personas un mes después de haber echado a otras 22. «No hay trabajo ahora, así que tenemos que buscar proyectos propios. Yo tengo entre manos un documental sobre la crisis y otro sobre un grupo de música islandés», comenta Gunnarsson, de 41 años, casado y con un hijo de tres años.
Ante la presión ciudadana, el presidente Grímsson anunció el lunes la dimisión de Haarde y de todo su Gabinete por la ruptura de la coalición entre el Partido de la Independencia, que lidera el ex primer ministro, y el socialdemócrata. «Ningún primer ministro había tenido que afrontar en toda la historia tantas dificultades», dijo el presidente en una rueda de prensa retransmitida en directo por todas las televisiones. «Es necesario crear la paz social», insistió Grímsson.
El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Reikiavik Gunnar Helgi Kristinsson opina que la paz pronto «se restablecerá». «De las tres premisas que pedían los manifestantes se han cumplido dos, la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones, y creo que el proceso acabará con la dimisión del presidente del Banco Central, Davíð Oddsson», asegura por teléfono.
Voces de la Gente, la plataforma que lidera las protestas desde que en octubre se nacionalizaron los tres principales bancos de la isla (que acumulaban una deuda 10 veces mayor que el PIB islandés) saluda la disolución del Gobierno, pero lamenta que el primer ministro aún no haya pedido disculpas al pueblo.
La crisis también ha abierto un enconado debate sobre el posible ingreso de Islandia en la Unión Europea. Los socialdemócratas están a favor de comenzar las negociaciones, pero el Partido Verde, aunque apoya un referéndum, se opone. Según una reciente encuesta de Capacent Gallup, sólo el 38% de la población aprueba que Islandia entre en la UE ahora, aunque un 56% sí está a favor de comenzar el diálogo sobre ello.