España registró hasta abril un 61% menos de incendios que en 2009

España ha registrado entre enero y mayo de este año un total de 1.208 incendios, un 61% menos que en el mismo periodo del año anterior, según afirmó en rueda de prensa el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Carlos del Álamo.

Según indicó este experto a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2010 sólo se produjeron dos grandes incendios (de más de 500 hectáreas) en la Península, frente a los cuatro que ya se habían producido en las mismas fechas de 2009.

Además, en el primer cuatrimestre fue necesario extinguir 1.208 incendios que pasaron de conatos (que afectaron a más de una hectárea), frente a los 3.153 del mismo periodo de 2009.

Contando los conatos, que afectan a superficies inferiores a una hectárea, 2010 contabiliza cerca de 2.800 siniestros de este tipo, «un 50% menos que la media del decenio».

Sin embargo, los ingenieros de Montes alertan de que la mayor parte de la superficie arrasada corresponde a superficie forestal, con 33.823 hectáreas en 2009 y 12.125 hasta final de abril de 2010.

Ante «la duda de un posible incremento del riesgo de incendios por una mayor cantidad de biomasa» tras las abundantes lluvias de este invierno, Del Álamo apostó por concienciar a los propietarios de fincas forestales y a la sociedad.

Así, recordó que en España hay alrededor de dos millones de propietarios de montes, «una fuerza mucho mayor a las cuadrillas dedicadas a la extinción».

Para el decano de este colegio profesional, «no hay especies buenas ni malas» para luchar contra el fuego y, aunque las condiciones meteorológicas de este invierno hayan sido favorables, avisó de que «gran parte» de los suelos del país «retienen poca humedad» de las lluvias. «En cuanto deja de llover, la humedad desaparece», afirmó.

Además, y ante la proximidad del verano, Del Álamo dijo también que el posible aumento de las plantas herbáceas tras las lluvias «no son el principal problema».

«El principal riesgo» es, a su juicio, el abandono de los bosques. «El monte crece en España 45 millones de metros cúbicos al año y sólo se usa la tercera parte en madera. Ése es el riesgo principal: un monte desordenado es una zona de riesgo», añadió.

También insistió en que «el monte no arde solo», y reiteró que el 95% de los siniestros son intencionados o responden a negligencias.

«Es rarísimo ver arder montes donde la población local está implicada, ya que hay más ojos y manos pendientes de su protección y aprovechamiento», prosiguió.

En este sentido, los ingenieros de montes apuestan por «luchar para que el monte sea rentable» en España, y piden «resolver» cuestiones relativas a la Ley Ómnibus, que, según indicó Del Álamo, «eximirá de la obligación de visar los planes de prevención de incendios a los profesionales forestales que los desarrollen».

 

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