BP inicia las pruebas para el sellado definitivo del pozo en el Golfo de México

BP inicia las pruebas para el sellado definitivo del pozo en el Golfo de México
. EFE/Archivo

La compañía petrolera BP inició hoy la operación de sellado definitivo de su pozo averiado en el Golfo de México, tras concluir con éxito las pruebas previas, con el objetivo de frenar una fuga que ha vertido 4,9 millones de barriles de petróleo al océano.

El portavoz de BP, John Barnes, confirmó en un comunicado que los equipos que trabajan en el sellado lanzaron la operación hacia las 15.00 (21.00 GMT).

La operación, denominada «static kill» (eliminación estática) y consistente en empujar el petróleo que mana del pozo hasta su lugar original mediante la inyección de cemento y lodo pesado, puede dar por finalizado el sellado del pozo esta misma semana, si no se producen contratiempos.

La multinacional aplazó el lunes las pruebas previas a la operación, realizadas con un líquido de consistencia similar al petróleo, tras descubrir una pequeña fuga hidráulica en uno de los sistemas de control.

Sin embargo, el coordinador federal de la lucha contra el derrame, el almirante retirado Thad Allen, dijo hoy en una conferencia de prensa en Houston que los equipos habían logrado frenar la fuga y estaban dispuestos a iniciar las pruebas, que comenzaron hacia las 13.00 hora local (19.00 GMT).

Una vez concluidas las pruebas y analizados los resultados, los ingenieros lanzaron la operación de sellado hacia las 15.00 hora local (21.00 GMT), y esperan que se prolongue entre 33 y 61 horas.

«Aún no sabemos cuánto lodo será necesario inyectar», reconoció hoy Allen, que explicó que dependerá de las «condiciones del pozo», cuya resistencia más allá del fondo marino es difícil de prever.

Al principio de la operación, los ingenieros inyectarán a través de la cabeza del manantial sólo un barril de lodo por minuto y, en función de la respuesta en el pozo, aumentarán la cantidad hasta dos y tres barriles por minuto, explicó Allen.

El almirante retirado precisó que a partir de los 300 barriles inyectados ya podrá evaluarse el éxito o fracaso de la operación, y que las tareas se interrumpirán en caso de que la presión en el pozo se dispare demasiado.

La pregunta de si esta operación bastará por sí misma para sellar definitivamente el pozo está en el aire desde el lunes, cuando el vicepresidente ejecutivo de BP, Kent Wells, afirmó que los dos pozos auxiliares que la compañía está construyendo podrían no ser necesarios si la inyección de lodo tiene éxito.

No obstante, las autoridades federales han advertido que los pozos auxiliares pueden ser la única forma de asegurarse de que el petróleo se queda en su depósito original, situado a 4.000 metros bajo la superficie marina.

«Este desastre no estará verdaderamente sellado hasta que contemos con esos pozos», afirmó hoy Allen.

De momento, BP se ha comprometido a terminar la construcción de al menos uno de los pozos auxiliares, el que permitirá clausurar la parte inferior del mismo mediante un procedimiento bautizado como «bottom kill» (eliminación desde el fondo).

En mayo, BP ya probó, sin éxito, inyectar una mezcla de cemento y lodo pesado para sellar el pozo averiado.

La diferencia con el intento actual es que ahora BP cuenta con una campana de contención sobre el pozo, que lo mantiene cerrado desde hace dos semanas y que permitiría a los equipos inyectar la mezcla a baja presión y a baja velocidad con mayores probabilidades de éxito desde la superficie.

Las últimas estimaciones oficiales del volumen total de petróleo que se ha vertido al Golfo de México apuntan a que la fuga es la peor catástrofe medioambiental de la historia en todo el mundo, y no sólo en Estados Unidos, como se afirmaba hasta ahora.

Allen explicó hoy que el equipo de científicos que trabaja para el Gobierno calcula que la brecha del pozo ha liberado unos 62.000 barriles de petróleo al día desde que explotó y se hundió la plataforma de BP a finales de abril, lo que supone un total de 4,9 millones de barriles de crudo vertidos al Golfo.

Esa cifra supera los 3,3 millones de barriles que se derramaron en la Bahía de Campeche por la petrolera mexicana Ixtoc I en 1979, considerada hasta ahora el mayor desastre ecológico de la historia.

Del total de 4,9 millones de barriles vertidos por el pozo de BP, alrededor de 800.000 han logrado capturarse en los intentos de limpieza y contención de la fuga.

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