La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas implantará un tratamiento con corteza de eucalipto para evitar las aparición de cianobacterias en el embalse del río Umia, situado en el municipio pontevedrés de Caldas de Reis.
En un comunicado, el departamento que dirige Agustín Hernández ha explicado que este tratamiento fue aplicado con «con éxito», en fase experimental, en el verano de 2010 en el estanque de Forocadas, en el Valdomiño (A Coruña).
Según ha explicado, Aguas de Galicia firmó un convenio el pasado 18 de mayo con la Estación de Hidrobiología ‘Encoro do Son’ de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) para la validación experimental del tratamiento con paja de cebada y contrastando su efectividad con otros materiales. La Xunta ha realizado una inversión de 121.190 euros distribuidos en los años 2010 y 2011.
El objetivo fundamental del estudio ha sido instalar en el embalse de Forcadas pequeñas parcelas en las que se aplicaron diferentes dosis de paja de cebada y otros materiales como corteza de eucalipto, comparándolas con otras en las que no se aplicó ningún tratamiento.
Además de la valoración con la paja de cebada se comprobó la efectividad de la viruta del eucalipto, que tal y como ha afirmado la Xunta, «dio tan buenos resultados como la paja». El hecho de que el material del eucalipto ocupe menos volumen por unidad de peso, lo hace «más manejable» par su instalación.
Ante esto, la consellería de Medio Ambiente ha confirmado que tras buenos resultados a pequeña escala, ahora se está dimensionado el proceso para tratar una superficie mucho más amplia, como es el embalse de Caldas, como medida directa contra la proliferación de cianobacterias.
PLAN DE GESTION FORESTAL
Asimismo, Aguas de Galicia ha diseñado un plan de gestión forestal del área de dominio público del embalse del Caldas de Reis, que se desarrollará en el marco de actuaciones de mantenimiento y conservación del dominio público hidráulico en los márgenes del Umia, licitado el pasado mes de noviembre.
Con este plan, la Xunta pretende conseguir una serie de beneficios ambientales como «un mejor régimen hídrico en la cuenca inmediata a la lámina embalsada, optimización de la calidad de aguas y contención de la erosión o la creación de nuevos hábitats sostenibles de la biodiversidad».
