El director de Campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, considera «totalmente desproporcionada» la decisión de la Justicia danesa de utilizar la agravante de la presencia de la reina en su acusación contra el exdirector de la ONG en España, Juan López de Uralde, por la acción de protesta que llevó a cabo en la cumbre del clima celebrada en Copenhague en diciembre de 2009.
Así lo afirmó Rodríguez este miércoles en el blog de la organización, en el que lamenta que Dinamarca «no haya dudado en involucrar a la Monarquía para tratar de escarmentar a Greenpeace por haber dicho lo que era incómodo que se supiera».
«La protesta le valió a López de Uralde, director de Greenpeace España en aquellos momentos, y a tres activistas más, 20 largos días de prisión. Pasaron las navidades de 2009 alejados de su familia por el mero hecho de reclamar pacíficamente a los líderes mundiales que estuvieran a la altura de las circunstancias», recuerda Rodríguez.
Según el director de Campañas de esta ONG, «da la impresión de que el Gobierno danés quisiera proyectar sobre Greenpeace el fracaso de la cumbre del clima de Copenhague».
«En Greenpeace nunca eludimos las consecuencias de nuestras actos. Pero la aplicación de esta antigualla legal, para tratar de endurecer los cargos a los activistas, es totalmente desproporcionada», añadió.
«Se equivocan quienes piensen que con este tipo de medidas van a callar a los activistas de Greenpeace», concluye Rodríguez.
MÁS APOYOS
Alejandro Sánchez, que en la actualidad impulsa el proyecto Equo junto a López de Uralde, ha expresado su apoyo a «Juantxo» y al resto de los activistas acusados en esta «acción pacífica», y ha calificado de «absolutamente desproporcionada la actuación de la Justicia danesa».
A su juicio, Dinamarca está «empeñada en actuar contra un grupo de activistas cuyo único delito fue recordar a los gobiernos que no estaban haciendo bien su trabajo».
Otras organizaciones han mostrado también su apoyo a los activistas detenidos en Copenhague. Una de ellas es Jóvenes Verdes, que ha tachado de «vergonzosa» la actuación de la fiscalía y del Gobierno danés, «al querer utilizar este caso para tapar la falta de voluntad política que hubo en Copenhague».
