Aunque un parque de energía solar térmica requiere una superficie poco más de la infraestructura de energía nuclear equivalente, puede ser ubicado en zonas desérticas
En la actualidad existen 440 reactores nucleares comerciales en uso en todo el mundo y están ayudando a minimizar nuestro consumo de combustibles fósiles, pero ¿cuánto más se puede obtener con la energía nuclear?
En un análisis que se publicará en una edición futura de Proceedings of the IEEE, Abbott Derek, Profesor de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de Adelaida, en Australia, ha concluido que la energía nuclear no puede abastecer la demanda de energética a nivel mundial.
Afirma -como recoge ABC– que la tecnología solar térmica evita muchos de los problemas de escalabilidad frente a la tecnología nuclear y da siete razones de peso contra esta:
1- La superficie de tierra y su ubicación:
Un reactor nuclear requiere alrededor de 20,5 kilómetros cuadrados de tierra para dar cabida a la estación de energía nuclear en sí, su zona de exclusión, su planta de enriquecimiento, el procesamiento de minerales, y la infraestructura de apoyo. En segundo lugar, los reactores nucleares deben estar ubicados cerca de un enorme cuerpo de agua de refrigeración, pero lejos de las zonas de población densa y de desastre en zonas naturales. Encontrar 15.000 lugares en la Tierra que cumplan esas condiciones es muy difícil.
2- Vida útil:
Cada estación de energía nuclear tiene que ser dada de baja después de 40 a 60 años de operación. Esto es debido a las grietas que se desarrollan en las superficies metálicas expuestas a la radiación. Si las centrales nucleares necesitan ser reemplazadas cada 50 años en promedio, contando con 15.000 estaciones de energía nuclear, una estación tendría que ser construida y otra dada de baja en algún lugar del mundo, todos los días. En la actualidad, se tarda más de 12 años para construir una central nuclear, y hasta 20 años para desmantelar otra, por lo que la tasa ideal de sustitución resultaría imposible de lograr.
3- Residuos nucleares:
Aunque la tecnología nuclear se utiliza desde hace más de 60 años, todavía no existe un acuerdo internacional sobre los métodos de eliminación de sus residuos. Siempre es incierta la posibilidad de que la mejor opción sea enterrar el combustible gastado y de los vasos de un reactor vetusto (que también son altamente radiactivos). Estos podrían tener fugas radiactivas hacia las aguas subterráneas o al medio ambiente a través de movimientos geológicos.
4- Accidentes:
Hasta la fecha, se han producido 11 accidentes nucleares con una total o parcial fusión del núcleo. Estos accidentes no son acontecimientos menores que se pueden evitar incrementando la tecnología en sistemas de seguridad en una planta; se trata de eventos raros que ni siquiera son posibles de imaginar en un sistema tan complejo como es una central nuclear, y siempre surgen por motivos imprevistos y circunstancias impredecibles (como el accidente de Fukushima). Teniendo en cuenta que estos 11 accidentes se produjeron durante un total acumulado de 14.000 años-reactor (cantidad de años respecto a los reactores operativos) de actividades nucleares, la ampliación hasta 15.000 reactores en funcionamiento simultáneo significaría que tendríamos un accidente grave, en algún lugar del mundo, cada mes.
5- Proliferación de armas nucleares:
Incrementando el poder de las centrales nucleares, existirá una mayor probabilidad de que los materiales y los conocimientos para fabricar armas nucleares puedan proliferar alrededor del mundo. A pesar de que los reactores tienen un control estricto sobre este tema, el mantenimiento de la rendición de cuentas de 15.000 reactores en todo el mundo sería casi imposible.
6- Abundancia de Uranio:
Al ritmo actual de consumo de uranio para los reactores convencionales, una oferta mundial de «uranio viable» puede tener una duración de 80 años. Para satisfacer un consumo energético de hasta 15 TW, el suministro de uranio viable tendrá una duración de menos de 5 años. (Uranio viable es el uranio que existe en una concentración de mineral suficientemente alta como para que la extracción sea económicamente justificada.)
7- Metales exóticos:
El recipiente de contención nuclear está hecho de una variedad de metales raros y exóticos que controlan y contienen la reacción nuclear. El Hafnio se utiliza como amortiguador de neutrones, el Berilio como un reflector de neutrones, para el revestimiento se utilizan circonio, niobio y aleaciones de acero que posibilitan una duración de 40 a 60 años. La extracción de estos metales plantea cuestiones de costes, la sostenibilidad y el impacto ambiental. Además, estos metales tienen muchos usos industriales que compiten contra la utilización en centrales nucleares. Por ejemplo, el Hafnio y el Berilio se utilizan en los circuitos integrados y en la industria de semiconductores. Si un reactor nuclear se construye todos los días, la oferta mundial de estos metales exóticos, necesarios para construir estructuras de contención nuclear, disminuiría rápidamente y crearía una crisis de recursos minerales. Este es un nuevo argumento que Abbott pone sobre la mesa, que estableciendo límites de recursos en toda la generación de reactores nucleares del futuro, ya sea que se alimenten de torio o uranio.