Cerca de 70 expertos de la Real Academia de Ingeniería han elaborado un estudio en el que aseguran que es «técnicamente» posbile solucionar la brecha tecnológica y eliminar el aislamiento tecnológico del mundo rural, con el fin de cumplir los Objetivos del Milenio.
Así, el estudio de la RAI anima a los ingenieros a movilizarse contra la pobreza y cooperar para afrontar estos retos, para lo que les presenta casos prácticos relacionados con infraestructuras, agua, electricidad, agricultura, silvicultura y telecomunicaciones.
El documento ‘Tecnologías para el desarrollo humano de comunidades rurales aisladas’ contempla las diferentes opciones técnicas, y plantea iniciativas y soluciones que faciliten el impulso de nuevas formas de desarrollo en pequeños núcleos rurales sin servicios esenciales como agua, electricidad y telecomunicaciones.
La investigación, coordinada por el académico de la RAI José Ignacio Pérez Arriaga con el apoyo de la profesora titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales (Universidad Politécnica de Madrid) Ana Moreno, ha contado con la participación de 70 especialistas del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Fundación Endesa, Fundación Acciona Microenergía, Fundación Telefónica, Comisión Nacional de la Energía, Ence, Indra, Iberdrola, Universidad Politécnica de Madrid, Politécnica de Cataluña, Universidad de Córdoba, Universidad Pontificia Comillas, Canal de Isabel II, Ingenieros Sin Fronteras, Energía Sin Fronteras, Intermón Oxfam, Cruz Roja y las academias de ingeniería de Brasil, Uruguay, Ecuador y Venezuela, entre otros.
En su presentación, se ha examinado la contribución de la tecnología al desarrollo humano de las comunidades rurales aisladas enfatizando los aspectos humanos más que los geográficos. Concretamente, se han referido a la carencia de infraestructuras, sobre todo a las vías de acceso y los servicios de agua, energía y telecomunicaciones; las deficiencias en los servicios esenciales como la salud, la educación y la cultura; el aislamiento geográfico; los bajos niveles de ingresos de su población; la exclusión o desamparo por parte de las autoridades responsables de la provisión de los servicios.
En este contexto, el académico Pérez Arriaga, de la Universidad Pontificia de Comillas, ha manifestado que si con este estudio se consigue que un mayor número de profesionales de la ingeniería entiendan los aspectos sociales, ambientales, económicos y tecnológicos para apoyar el desarrollo de las comunidades rurales aisladas y, a la vez, la importancia de su implicación personal como profesionales y ciudadanos, la Real Academia de Ingeniería de España habrá aportado «su grano de arena a la lucha contra la pobreza».
