Greenpeace dice que la apertura de El Algarrobico seguiría «multiplicando» el daño ambiental

La responsable de Costas de Greenpeace, Pilar Marcos, ha manifestado este sábado que el daño medioambiental generado por la construcción del hotel de El Algarrobico en Carboneras (Almería) se «seguirá multiplicando» si las obras continúan y que «nadie debe promocionar un edificio que es ilegal».

Así lo ha indicado la activista en declaraciones a Europa Press, después de que este viernes algunos vecinos de la población almeriense, convocados por la Asociación de Empresarios Turísticos de Carboneras (AET), se concentrasen para pedir la apertura de este hotel una vez que finalice el proceso judicial del que se encuentra pendiente, alegando que la destrucción del Algarrobico no conllevaría la recuperación del espacio natural ya dañado y que la puesta en funcionamiento de este hotel daría un impulso económico a la zona.

Ante estas reivindicaciones, Marcos ha expresado que «nadie debe promocionar un edificio que es ilegal», y considera que la apertura de El Algarrobico sería «un símbolo de que todo vale en la costa andaluza y de que la normativa medioambiental no sirve para nada».

Además, ha mantenido que la construcción del hotel «no es un daño que ya esté causado», sino que «se multiplicará» si se realiza la apertura. «Ese hotel necesitaría aportes de agua dulce para abastecer a los clientes, lo cual en una zona desértica como esta supondría un daño ambiental grave, además de que se tendría que degradar mucho más para crear pistas de acceso o un párking para albergar coches de hasta 411 habitaciones», ha lamentado.

Asimismo, la ecologista ha declarado que la restauración medioambiental de tal área es una acción «muy compleja» y que, ya que «ni los vecinos ni Greenpeace» son «especialistas» en la materia, no pueden «hablar» sobre si se podrá recuperar la zona o no. En este sentido, ha afirmado que acciones de restauración similares se están llevando a cabo en Cap de Creus (Girona).

Por otra parte, Marcos ha señalado que en el proceso de demolición y de restauración medioambiental «también crea empleo», además de dejar un «terreno virgen público y de un gran valor ambiental y social», ha mantenido.

Por último, ha manifestado que «carece de sentido» culpar a los ecologistas por no haber actuado contra la edificación de El Algarrobico antes de su construcción, ya que «primero está el cumplimiento de las leyes». No obstante, ha recordado que grupos ecologistas locales «llevan denunciando la ilegalidad de este hotel desde el inicio de las obras en 2003», y que Greenpeace lo hace «desde 2005», ha concluido.

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