La norma de oro, como sabe hasta el pescador más cerril, es que la embarcación debe mantenerse alejada del iceberg el doble de distancia de lo que sobresalga la masa del hielo sobre el agua
Groenlandia es la segunda isla más grande del mundo después de Australia.
Cerca del 80% de su territorio está cubierto de hielo, por lo que constituye la segunda reserva de éste en el planta.
Y en esta isla, la gigantesca costra de hielo se desplaza generalmente desde el interior hasta la costa.
El fenómeno se ha acelerado debido al calentamiento global.
Hasta ahí, los datos básicos, el telón de fondo. Ahora viene la dosis de insensatez humana.
Protagonizada en esta ocasión por el capitán, los tripulantes y los pasajeros de un braco turístico, que violaron muy contentos las reglas básicas de la navegación polar.
La norma de oro, como sabe hasta el pescador más cerril, es que la embarcación a mantenerse alejada de un iceberg el doble de distancia de lo que sobresalga la masa del hielo sobre el agua.
Y en caso de desplome, virar inmediatamente y huir a toda máquina.
Ninguna de estas recomendaciones siguió el barco de nuestro vídeo, cuyos pasajeros observaban de cerca y filmando la ‘evolución’ de un enorme glaciar en Groenlandia.
Sorprendida por el colapso del mismo y por la ola gigante que acto seguido provoca la caída de grandes volúmenes al oceáno, la nave está a punto de volcar.
«Es la cosa más salvaje que he intentado en mi vida», se escucha decir en inglés al patrón tras lograr mantener el barco a flote.
Por fortuna, todo ha quedado en un susto.