El Gobierno ha generado una gran confusión respecto a los dos impuestos especiales nucleares, que gravan la producción del combustible gastado y residuos radiactivos y su almacenamiento
El borrador del anteproyecto de ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, que el Consejo de Ministros aprobó el viernes para su remisión al Parlamento, establece que la recaudación de los tributos incluidos en dicha ley «se destinarán a financiar determinados costes del sistema eléctrico vinculados a fines de fomento de las energías renovables las primas que pagan los consumidores en la tarifa de acceso y de ahorro y eficiencia energética».
El borrador, al que ha tenido acceso CincoDías, incluye la creación de tres nuevos impuestos especiales; un canon hidráulico; la modificación de los tipos impositivos del gas y el carbón y la eliminación de ciertas exenciones al gasóleo y fuel para producir electricidad.
Por tanto, a partir de la entrada en vigor de la ley, prevista para el 1 de enero de 2013 y una vez que supere el trámite parlamentario, la retribución de las actividades reguladas (distribución y transporte) y el resto de costes del sistema eléctrico (como primas de las renovables, que superan los 7.000 millones, o las partidas anuales de los déficit pasados) serán satisfechos no solo con la tarifa de acceso, sino con «las partidas provenientes de los Presupuestos del Estado y del Tesoro público».
Estas partidas se corresponderán «con la recaudación» de las nuevas figuras impositivas.
SUBIRÁ EL RECIBO DE LA LUZ
La reforma del sector energético, con una batería de nuevos impuestos para Endesa, Iberdrola, Gas Natural y otras empresas, entre ellas las de renovables, como Acciona o Abengoa, repercutirá tarde o temprano en el consumidor, con alzas en el recibo de la luz y del gas.
Algunas de esas nuevas tasas son repercutibles de forma automática. Por ejemplo, los céntimos verdes que se han creado para el consumo de gas.
Sedigas calcula que se incrementará la factura del gas en un 7% para el consumidor.
Otras, como una tasa lineal del 6% a la producción de electricidad, lo son de forma más sofisticada a medio y largo plazo a través de los numerosos vericuetos técnicos del propio sistema eléctrico (mercado mayorista, o pool, subastas de energía, etcétera).
El impacto para las eléctricas dependerá de la velocidad a la que vayan trasladando esas nuevas tasas al precio final que paga el consumidor.