Las ratas han salido a la luz a Nueva York. A raíz de la super tormenta, los desagradables e insaciables roedores han perdido sus hogares en las cloacas y comienzan a campar a sus anchas por todos lados.
No se conocen las cifras, pero se calcula que más de diez millones de ratas han han sido expulsadas de los túneles del metro inundados.
Explica National Geographic que, cuando el clima es más seco, a las ratas les encanta vivir bajo el suelo, y pueden cavar más profundo de lo que el agua puede llegar a filtrarse.
Incluso podrían haber estado a salvo en sus madrigueras cuando la tormenta arrasó la ciudad el lunes. Pero la búsqueda de alimento se vería mermada.
«Su habitat natural era el Metro y ahora están hambrientas», explica el exterminador Benett Pearlman de la empresa Pest Management Corp.
Los sistemas subterráneos, tuberías, cables, basura son las primeras cosas que las ratas atacan en busca de sustento.
El agua hijo eso imposible y probablemente mató a todas las que se mantuvieron en sus nidos.
«Lo lógico es que hayan perecido las enfermas, ancianas y madres con crías».
Otras muchas, sobrevivirán, y Sandy les ha traído un banquete. Las nuevas fuentes de alimentación están sacando fuera de los canales y las calles inundadas, un montón de basura podrida, otras ratas, palomas y peces.
Las ratas bien alimentadas se esconden debajo de los edificios, al amparo de la noche para establecer nuevas viviendas, cayendo en agujeros tan pequeños como de media pulgada (1,3 centímetros)-el ancho de sus cráneos, a pesar de que sus cuerpos pueden llegar a medir hasta 18 pulgadas (46 centímetros) de largo.
Las palomas, son las otras grandes ganadoras de esta catástrofe… acostumbradas a ser aves de acantilado, los edificios les han servido como guaridas para este temporal, y ahora, se enfrentan a una cantidad ingente de manjares en las calles que sobrevuelan.
«Hay una razón por las ratas y las palomas son tan exitosas en torno a los humanos».
«Ellas están bien adaptadas a lo que hacemos.»