El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo
El horario de verano entrará en vigor en la madrugada de este 30 de marzo de 2013. Así, en la noche del sábado al domingo y con la excusa de aprovechar mejor la luz natural, los relojes se adelantarán una hora y a las 2.00 horas serán las 03.00.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), este cambio horario supondrá un ahorro del 5% de la energía, lo que equivaldría a unos 300 millones de euros.
El cambio de hora se debe a la Directiva Comunitaria 2000/84/ CE y es de obligado cumplimiento en los 27 estados miembros.
¿MERECE REALMENTE LA PENA?
Según el portavoz de la Comisión de Energía de Ecologistas en Acción, Rafael Montes, adelantar el reloj «no implica necesariamente gastar menos energía».
En 2010, Ecologistas en Acción llevó a cabo un estudio en España en el que analizaba el consumo medio diario de energía en los diez días previos y posteriores a los cambios de hora durante tres años, según informa Efe.
El análisis, que no consideraba las condiciones climáticas, puso de manifiesto que en cuatro de los seis periodos estudiados aumentó el consumo de energía con el cambio de hora entre un 2,2 y un 2,95 %, mientras que sólo se redujo en dos, un 0,03 % en una y un 2,1 % en otra.
La estimación del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) es, sin embargo, que el potencial de ahorro en iluminación en España, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.
PRIMERA CRISIS DEL PETRÓLEO
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar los relojes para poder aprovechar más la luz del sol y consumir menos electricidad en iluminación.
Hoy, unos 1.500 millones de personas de casi 80 países mueven las agujas del reloj dos veces al año con esa finalidad.
En la Unión Europea, el cambio de hora se aplica como Directiva con carácter indefinido los últimos domingos de octubre y marzo. A las dos de la madrugada del domingo habrá que adelantar el reloj a las tres, y a partir de ese día habrá una hora menos de luz por la mañana (el sol saldrá sobre las ocho) y una más por la tarde (oscurecerá a partir de las ocho y media).
La medida está justificada en la normativa comunitaria por «sus impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio».
COMPORTAMIENTO RESPONSABLE EN EL HOGAR
No obstante, fuentes del IDAE explican que para alcanzar ese potencial de ahorro se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro por aprovechamiento de la luz natural en edificios del sector terciario y en industrias.
Entre estas tecnologías estarían, por ejemplo, las fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona a través de ventanas o lucernarios.