Los expertos vaticinan que dentro de dos siglos Nueva York estará plagada de canales
Kilómetros y kilómetros de territorio español, como la mitad de Mallorca, el litoral levantino, Huelva, Cádiz o Barcelona desaparecerán dentro de 5.000 años bajo el agua. Lo estima así ‘National Geographic’ debido al calentamiento global y a las emisiones de carbono a la atmósfera.
«Hay más de 20 millones de kilómetros cúbicos de hielo en la Tierra. Si seguimos añadiendo carbono a la atmósfera, muy probablemente crearemos un planeta sin hielo, con una temperatura media de quizás 27 grados centígrados, en lugar de los actuales 14».
La revista de la naturaleza ha elaborado un mapa interactivo en el cuál podemos comprobar que ciudades desaparecerán del planeta en 5 milenios.
14 CAPITALES MENOS EN EUROPA
Europa pasaría a tener 14 capitales menos, entre las que destacan Londres, Amsterdam o nuestra vecina Lisboa. Barcelona, Venecia y Roma serían otras de las ciudades que más echaríamos en falta dentro de 5000 años.
Estados Unidos también se vería ‘recortada’ alrededor de su costa: Miami, San Francisco, Los Angeles y Nueva York pasarán a ser unas bonitas ciudades subterráneas dentro de unos milenios.
Por su parte, África no sufriría tanto el deshielo polar y su nueva silueta no será tan diferente como la actual. Eso sí, Adiós a Lagos, Alejandría y El Cairo.
En Sudamérica, nos podemos despedir de la samba y el tango ya que ni Rio de Janeiro ni Buenos Aires serán lo suficientemente altas como para hacer pie en un nuevo Océano Atlántico.
Por último Asia y Oceanía perderán a ciudades-referente como Tokio, Sanghai, Hong Kong, Sidney y Melbourne.
VUELTA AL EOCENO
Es sólo una proyección, pero sustentada en datos sólidos. El geoquímico Gavin Foster, de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, explica que «la concentración de dióxido de carbono llegará a las mil partes por millón a finales de siglo». Una cifra que no se alcanzaba en la Tierra desde los inicios del Eoceno, hace 50 millones de años. ¿Qué ocurría entonces? Que no había hielo.
5.000 años es, quizás, un plazo demasiado largo como para despertar las conciencias necesarias para frenar la escalada de las emisiones contaminantes y el calentamiento global. Para entonces, si las previsiones no fallan, habremos dicho adiós a un buen puñado de las ciudades más emblemáticas del planeta.
Aunque no habrá que esperar tanto: los expertos vaticinan que dentro de dos siglos Nueva York estará plagada de canales. Como Amsterdam, la ciudad de sus fundadores.