Todo lo contrario de lo que nos habían contado

El científico Javier Cacho afirma que en los últimos 100 años no se han producido cambios significativos en el hielo de la Antártida

Una entrevista muy esclarecedora

El científico Javier Cacho afirma que en los últimos 100 años no se han producido cambios significativos en el hielo de la Antártida
Javier Cacho

La aparición de gigantescas grietas en las plataformas de la Antártida tiene en vilo a científicos y medios, quienes han advertido sobre la pérdida de hielo en el Polo Sur. Javier Cacho, científico y divulgador especializado en exploración polar, sin embargo, explicó en conversación con N + 1 que el fenómeno no solo se debe al cambio climático, sino que es parte de un proceso cíclico que inició hace más de medio siglo. Miembro de la Primera Expedición Científica Española a la Antártida en 1986, Cacho ha sido Jefe de la Base Antártica Española Juan Carlos I en tres campañas antárticas y Director de la Unidad de Cultura Científica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial INTA. Ha sido además guía científico en diversos viajes al norte de Finlandia y Groenlandia.

N + 1: Para ponernos en situación; ¿qué podemos decir de la localización, orografía y geografía física del llamado sexto continente?
Javier: La Antártida es un continente gigantesco, un inmenso desierto helado de más de 14 millones de km2, una superficie equivalente a 30 veces la de España. Centrada en el Polo Sur, está cubierta por una inmensa capa de hielo que tiene 2.500 m de espesor en promedio, aunque en algunas zonas alcanza casi los 5.000 m. Todo este hielo es el 80% del agua dulce del planeta y en el caso hipotético de que se fundiese el nivel de los océanos se elevaría en 30 m en todo el planeta. Este hielo, además, guarda el secreto de la evolución del clima del planeta en el último medio millón de años.

¿Cómo es el clima en la Antártida?
La Antártida tiene el clima más frío de toda la Tierra. Su temperatura media es -17ºC, pero en algunos puntos se han registrado temperaturas inferiores a los 90ºC bajo cero, las más bajas de todo el planeta. Además, a esto se añade los fuertísimos vientos que soplan zona la región y que llegan a superar los 300 km/h. Estas condiciones imposibilitan la vida, salvo en las zonas más periféricas de la Antártida durante el verano. Sólo los científicos, en un reducido número de bases de investigación, se atreven a desafiar estas condiciones climáticas para llevar a cabo sus estudios.

Recientemente muchos medios han alertado sobre unas grietas en la plataforma helada Larsen C (en la costa oriental de la península Antártica), que han venido inquietando a los científicos ¿Qué debemos saber sobre ellas y a qué se deben?
Son la primera manifestación de que esa plataforma se va a desintegrar en un futuro próximo, como ya ocurrió hace años con un área similar (Larsen B en el 2002 y Larsen A en 1995, por un aumento en la temperatura de las aguas marinas que las han ido calentando por debajo). Los glaciólogos temen que pueda ser consecuencia del calentamiento que en las últimas décadas se ha producido en la zona de la Península Antártica y, en menor medida, en la Antártida Occidental. Afortunadamente, no parece que esta situación se pueda extrapolar a toda la Antártida. De hecho, un estudio recientemente publicado ha demostrado que en los últimos 100 años no se han producido cambios significativos en la extensión de los hielos que rodean la Antártida.

¿Son para preocuparse la ocurrencia de las grietas?
En las últimas décadas estamos asistiendo a un retroceso significativo en la cubierta de hielo del Ártico, y por eso son más preocupantes que nunca las noticias que provienen de la Antártida. Sin embargo, y aunque el problema tenga en parte su origen en el calentamiento global agravado por la humanidad, las repercusiones que este calentamiento pueda tener sobre las dos grandes extensiones de hielo del planeta son distintas. Mientras que en el Ártico y Groenlandia el derretimiento es acelerado y podría acarrear efectos demoledores para las islas británicas y la península escandinava, la situación de la Antártida no parece tan preocupante, pese a la aparatosidad de las grietas en Larsen. La mayor parte del hielo antártico parece estabilizado y tan sólo en la zona peninsular se prevén cambios significativos. De hecho, estos han empezado desde hace más de medio siglo. En cuanto a la gigantesca grieta que está atravesando la Larsen B, es la crónica de una muerte anunciada.

¿Cuáles son las consecuencias de que esta grieta en Larsen C desencadene en la desintegración del glaciar?
Por muy aparatosa y dramática que pueda parecer la desintegración de 5.000 km cuadrados de hielo de 200 m de espesor (casi el doble de Larsen B), eso no es más que la punta del iceberg del proceso que desencadena. Al colapsarse la plataforma, comparable a una presa que contiene grandes cantidades de agua, entraría a un proceso de «desague» que no es más que el derretimiento del hielo que duraría aproximadamente un siglo. Dado el volumen de hielo que retiene Larsen C, podría ser suficiente para elevar el nivel de las aguas del planeta en unos cuantos centímetros (se estima hasta 10 cm). Pero es importante recordar que esto ocurriría durante un siglo. Habrá que esperar a ver cómo se comporta esa grieta en el próximo verano austral que acaba de comenzar.

¿Qué debemos recordar, en este lado del mundo, sobre la vida que puebla la Antártida?
La escasa vida animal que puebla las costas de la Antártida y los mares que la rodean están en situación límite, lo que ha obligado a desarrollar estrategias biológicas sorprendentes para poder adaptar a un medio tan adverso. Por ejemplo, ciertos peces sintetizan en su sangre una especie de sustancias «anticongelantes» para hacer más fluida la sangre en sus vasos sanguíneos y evitar que se congele. Pero quizás pueda ser interesarte recordar que en la Antártida se encuentran todos las sustancias contaminantes que emitimos a decenas de miles de kilómetros de distancia. Incluso allí se manifestó el agujero de ozono, la prueba palpable de que podemos perturbar de forma catastrófica el equilibrio del planeta, afortunadamente la rápida acción de científicos y gobiernos evitó un desastre que podría haber hecho peligrar la vida en la Tierra.

¿Qué hay de los recursos mineros del continente blanco?
La Antártida tiene importantes yacimientos de carbón, hierro, cromo, molibdeno, antimonio, uranio, petróleo, oro y diamantes, pero por primera vez en la historia de nuestro planeta se han considerado los daños que la extracción que estos minerales podrían tener sobre el frágil ecosistema antártico, y se decidió, en 1991, establecer una moratoria de explotación de estos minerales durante los siguientes 50 años. Por lo tanto, no importan tanto los recursos mineros del continente blanco como la preocupación por evitar daños, que podrían ser irreversibles, sobre el medio ambiente antártico. Ojalá que en otras regiones del planeta, como la región Ártica, se siguiese este ejemplo.

El nuevo presidente de EE.UU ha negado que esté ocurriendo el cambio climático. ¿Tiene alguna razón, o la Antártida tiene algo que aportar al respecto?
La comunidad científica se muestra, prácticamente, unánime en que se está produciendo un cambio climático en nuestro planeta y que una parte del mismo es debido a las actividades humanas. No podemos mantener los niveles actuales de consumo. Necesitamos modificar nuestro modelo de vida y hacerlo más ecologista, lo que lo hará también más humano, en el mejor sentido de la palabra. El modelo de protección medioambiental de la Antártida podría extrapolarse a otras regiones.

En su opinión; ¿cuál es el futuro, a medio plazo, para la Antártida?
Seguirá siendo ese continente para la Paz y la Ciencia que estableció el Tratado Antártico en 1959. Estoy seguro de que la prohibición de 50 años de extracción de minerales se prolongará y con ello se garantizará que las generaciones futuras podrán contemplar este continente como lo hemos contemplado nosotros, que es como ha estado desde hace miles y miles de años. Quién sabe si el ejemplo de la Antártida no se extenderá a otras zonas del planeta. Creo que podemos ser optimistas, pero también creo que tendremos que trabajar arduo para que así sea.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído