Las recientes tormentas que han azotado California han causado la caída de numerosos árboles

Los árboles muertos son un negocio millonario en California, EE.UU.

Una situación que no tiene precedentes

Millones de árboles han muerto en los bosques de California en los últimos años.

La principal responsable ha sido la sequía que por 5 años ha golpeado al estado y que ahora parece remitir.

Otras causas han sido enfermedades y plagas como la que causa la muerte repentina del roble.

Pero esta tragedia ecológica tiene su lado positivo: el lucrativo negocio de retirar los troncos y cortar la leña.

Migrantes internos

Desde 2015, California empezó a recibir a un grupo muy concreto de trabajadores: cortadores de árboles.

El Servicio de Bosques de Estados Unidos había contabilizado 66 millones de árboles muertos y el estado necesitaba ayuda para retirarlos del terreno.

El problema se agravó y en 2016 el gobernador de California, Jerry Brown, aprobó un decreto de emergencia con el que destinó millones de dólares a la tala de árboles muertos: ya eran más de 100 millones.

A partir de ese momento comenzaron a llegar docenas de jóvenes trabajadores que en algunos casos se trasladaron con toda la familia y procedían de todos los rincones del país: desde Oregón hasta Florida, pasando por Iowa, Texas o Georgia.

Un trabajo imprescindible

El Departamento de Transporte de California (CalTrans) destinó US$11 millones para la tala de los árboles más grandes para evitar que colapsen y bloqueen el tráfico que se dirige hacia o desde el parque nacional de Yosemite.

«Nuestra prioridad es mantener las carreteras seguras para las personas que circulan por ellas», le dijo a BBC Mundo Cory Burkarth, portavoz de CalTrans.,

«Los árboles muertos o moribundos a lo largo de las autopistas del estado son un peligro, no sólo para la vía sino para los conductores y pasajeros. En medio de la noche no puedes ver esos troncos al lado de la carretera o quizá no veas cómo se caen.

«Además, suponen una amenaza de incendio. Por todas estas razones es importante que retiremos la mayor cantidad posible de árboles con los fondos que tenemos», añadió.

Burkarth explicó que los troncos pueden causar atascos de 30 o más kilómetros en ambas direcciones en las principales carreteras de la zona.

Hasta el pasado enero, CalTrans había localizado cerca de 30.000 árboles que debían ser retirados a lo largo de los principales ejes viales: las carreteras 41 y 168.

La agencia paga hasta US$1.000 por árbol, detalló Burkarth. Se han retirado unos 8.000 con un costo de unos US$6,5 millones.

No todo el trabajo corre a costa de CalTrans.

El Servicio Forestal también invirtió millones de dólares para retirar árboles y troncos caídos, al igual que dos empresas de servicios: Southern California Edison y Pacific Gas and Electric.

Estas compañías están preocupadas de que los árboles interfieran en los cables que suministran electricidad a miles de negocios y hogares.

Desde Portland a Fresno

Richard y Helen llegaron a los alrededores de Fresno, en la parte central de California, a finales del pasado octubre.

Con sus hijos ya criados y fuera de casa, el traslado desde Portland (Oregón) no supuso demasiado esfuerzo.

Llegaron atraídos por las posibilidades de trabajar en la retirada de árboles, pero no imaginaban que la tarea fuera tan dura.

«Hay que estar en buena forma física para trepar por los árboles y usar una motosierra seis o siete días a la semana», explica Richard. «Pero es fascinante, toda una experiencia».

«Cortar leña es uno de los trabajos más peligrosos en Estados Unidos», se lee en un folleto de la Administración de Seguridad y Salud Laboral de EE.UU.

Las estadísticas de esta oficina la sitúa como una de las 10 profesiones más duras en el país.

Las herramientas y el equipamiento como motosierras y máquinas de cortar leña hacen que el riesgo sea mayor.

Oportunidad de negocio

La situación es próspera no sólo para los nuevos empleados sino para los dueños de negocios inmobiliarios.

En las cercanías de Yosemite y de las montañas de Sierra Nevada se multiplicó la demanda de alojamiento, desde estudios a lujosas casas de campo de varias habitaciones, en un rango de precios de US$75 a US$800 por noche.

Los trabajos son estables para los próximos años, pese a que la sequía en California parece estar en retirada con las lluvias de los últimos meses.

Pero los árboles muertos seguirán inclinándose y cayendo, poniendo en riesgo a personas, tráfico y cables.

La epidemia que mata los árboles

¿Qué pasó para que murieran tantos millones de árboles en un espacio de tiempo tan limitado?

Las causas de muerte difieren de unas zonas a otras pero hay unos factores comunes:

La sequía hizo que poco a poco, año tras año, los árboles se fueran secando.
Débiles y casi muertos, su sistema inmune, que produce la savia que los ayuda a mantener a las plagas lejos, falló.
Cuando eso ocurrió, llegaron los escarabajos y las distintas plagas.

La escala de la devastación es sorprendente incluso para los trabajadores del Servicio Forestal y del Servicio Geológico de EE.UU.: son más de 32.000 kilómetros cuadrados de muerte en los bosques montañosos de California.

«Nos va a llevar meses y meses completar el trabajo, ya que los bichos siguen matando árboles», le dijo al diario estadounidense The Washington Post Len Nielson, empleado de Cal Fire, una oficina estatal que combate los incendios forestales.

Los incendios que se propagan entre árboles muertos son otra razón para retirarlos.

«Esto no ha pasado nunca antes en California, no a este nivel», añadió Nielson. «En casa miro por la puerta de atrás y veo miles y miles de árboles muertos».

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