II Guerra Mundial

El acorazado Tirpitz, la ‘bestia’ nazi oculta en la niebla, mantiene su huella ecológica

Era el acorazado más grande de la Kriegsmarine, la armada alemana, con una longitud de 250 metros y una capacidad de tripulación de unos 2.500 hombres

El acorazado Tirpitz, la 'bestia' nazi oculta en la niebla, mantiene su huella ecológica
El acorazado alemán Tirpitz. RT

La pantalla de humo utilizada para camuflar el mítico acorazado paralizó el crecimiento de los árboles, unos daños que quedaron registrados en sus anillos

Un bosque de pinos y abedules en el fiordo noruego de Kafjord conserva huellas físicas y químicas de la Segunda Guerra Mundial entre los anillos de los troncos de sus árboles.

Científicos alemanes han acreditado que la niebla artificial empleada de forma sistemática para camuflar y proteger al superacorazado Tirpitz de los ataques aéreos aliados, redujo tanto la luz solar que recibía el bosque cercano que los árboles dejaron de crecer.

«Utilizamos pinos noruegos y abedules como testigos de los ataques al Tirpitz durante la Segunda Guerra Mundial para evaluar las implicaciones ecológicas más allá de los documentos históricos», explica el estudio, presentado en la asamblea 2018 de la European Geophysical Union, celebrada en Viena.

El Tirpitz fue el mayor acorazado alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Con una eslora de 250 metros y una tripulación de 2.500 hombres sigue siendo el más grande acorazado jamás construido en Europa.

A partir de 1942, el barco fue desplegado en en Noruega para actuar como elemento de disuasión contra una invasión aliada. El Tirpitz rara vez estuvo involucrado en despliegues operativos y, por lo tanto, se le llamó la ‘Solitaria Reina del Norte’.

Sin embargo, como representaba una amenaza constante para los convoyes Aliados en el Mar de Barents, también fue llamadao «La Bestia» por el propio Wiston Churchill, que consideraba prioritario su hundimiento.

Al pasar de un fiordo a otro, el Tirpitz fue atacado en varias ocasiones. En 1944, el Tirpitz se ancló en Kafjord, donde fue atacado por varios bombarderos que intentaban hundir el barco de guerra. Entre otras acciones de defensa, los nazis usaron niebla artificial para esconder el barco.

Estas pantallas de humo causaron daños severos a los árboles que rodean el fiordo Kafjord, y el nuevo estudia presenta evidencia física y química en los anillos de pino y abedul para documentar el impacto ambiental de estas batallas.

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