El cambio climático trastoca la cría de aves por falta de alimento

El cambio climático trastoca la cría de aves por falta de alimento
Ave RS

Las primaveras más cálidas crean un «desajuste» en el que los pollitos hambrientos nacen demasiado tarde para darse un festín con abundantes orugas, según muestra una investigación reciente.

Con el continuo calentamiento de la primavera esperado debido al cambio climático, los científicos dicen que la eclosión de las aves del bosque será «cada vez más desigual» con picos en el número de orugas.

Los investigadores, de la Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB) y las universidades de Exeter y Edimburgo, en Reino Unido, utilizaron datos recopilados en todo Reino Unido, para estudiar la emergencia de las hojas y las orugas de los robles, y el momento de anidación de tres especies de aves: herrerillos comunes, carboneros comunes y papamoscas cerrojillo.

También analizaron la teoría de que algunas especies de aves en el sur de Gran Bretaña pueden sufrir más debido a un mayor efecto de desajuste, pero no encontraron evidencia de esto. «Los bosques tienen un pico corto en la abundancia de orugas, y algunas aves forestales crían sus crías, por lo que esto coincide con el momento en que sus polluelos tienen más hambre», dice el doctor Malcolm Burgess, de la Universidad de Exeter y RSPB.

«Con la primavera llegando más temprano debido al cambio climático, las hojas y las orugas emergen más temprano y las aves necesitan reproducirse antes para evitar desajustes. Descubrimos que, a principios de la primavera, las aves son menos capaces deben hacer esto –indica–. La mayor falta de coincidencia se produjo entre los papamoscas cerrojillo: como aves migratorias, no están en Reino Unido en invierno y, por lo tanto, son mucho menos capaces de responder al clima primaveral anterior».

EL EFECTO DEL CALENTAMIENTO DE LOS MANANTIALES El estudio presenta la primera evaluación de si el efecto de desajuste es mayor en el sur de Gran Bretaña que en el norte. Se ha sugerido que las poblaciones de aves del norte pueden verse «amortiguadas» de los efectos del cambio climático de esta manera.

El doctor Ally Phillimore, de la Universidad de Edimburgo, añade que no se encontró evidencia de una variación norte-sur en el desequilibrio oruga-ave para ninguna de las especies de aves. «Por lo tanto, la disminución de poblaciones de aves insectívoras en el sur de Gran Bretaña no parece ser causada por mayor desajuste en el sur que en el norte», agrega.

Por su parte, el doctor Karl Evans, del Departamento de Ciencias Animales y Vegetales de la Universidad de Sheffield, señala que, no obstante, el trabajo sugiere que a medida que los manantiales se calienten en el futuro, habrá menos alimentos disponibles para los polluelos de aves insectívoras, a menos que la evolución cambie el momento de reproducción».

Las primeras fechas de hojas de robles fueron recolectadas por científicos ciudadanos coordinados por Woodland Trust a través del Calendario de la Naturaleza, la abundancia de orugas fue monitorizada recolectando excrementos debajo de los robles, y el tiempo de puesta de huevos por las aves analizadas se registró por el ‘British Trust for Ornithology’s long-running Nest Record Scheme.’ El equipo de investigación también incluyó a expertos de las universidades de Durham, Glasgow, Oxford, Stirling y Cardiff. El documento ha salido publicado en la revista ‘Nature Ecology and Evolution’.

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