La última riada del Ebro que ha anegado 20.000 hectáreas en Aragón y ha dejado pérdidas de más de 25 millones de euros en esta tierra se ha saldado, también, con un enorme caudal que ha acabado en el mar sin posibilidad alguna de ser guardado en embalses.
Los que hay no han dado más de sí, en una tierra que lleva décadas esperando pantanos prometidos y aún por construir, mientras gran parte de la cuenca del Ebro está castigada recurrentemente por la sequía.
El agua que ha acabado en el mar en este episodio de inundaciones ha superado ampliamente los 2.200 hectómetros cúbicos.
Como subraya Roberto Pérez en ‘ABC‘ este 25 de abril de 2018, es un volumen enorme, equivalente al agua que consumen los hogares de toda España durante un año.