Los lagartos con patas largas se adaptan mejor a la supervivencia de huracanes

Lagarto
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El profesor de ciencias biológicas de la Universidad de Rhode Island (URI) Jason Kolbe ha descubierto que los lagartos con las patas largas se adaptan mejor a la supervivencia de huracanes que aquellos que tienen las extremidades más cortas.

Para demostrar esto, el científico midió la longitud de las patas de lagartijas y el tamaño de sus almohadillas para evaluar cómo esos factores influyen en la capacidad del animal para aferrarse a la vegetación durante tormentas fuertes. Incluso utilizó un potente soplador de hojas para probar sus hipótesis en un laboratorio.

«Sabemos que las extremidades más largas y las extremidades más musculosas les permiten a las lagartijas rodear con sus brazos las ramas y obtener un mejor agarre sobre la vegetación», explica.

Pero hasta que la tormenta perfecta de circunstancias surgió el año pasado, nunca pudo poner a prueba sus ideas.

Un colega postdoctoral de la Universidad de Harvard midió la longitud de las extremidades y las puntas de los lagartos en las Islas Turcas y Caicos solo cuatro días antes de que el huracán Irma arrasara vientos de 165 millas por hora en septiembre del año pasado. Dos semanas después, el huracán María hizo lo mismo.

Las tormentas proporcionaron a los científicos la inusual oportunidad de ver cómo los huracanes afectan la evolución de los lagartos. Entonces, el colega de Kolbe regresó a las islas para medir a los lagartos supervivientes apenas semanas después de los huracanes. Sus hallazgos fueron publicados el mes pasado en la revista ‘Nature’.

«Nuestros estudios previos sugirieron que los lagartos con extremidades más largas y almohadillas para los pies más grandes pueden aferrarse mejor, por lo que esperábamos que los lagartos que sobrevivieron a las tormentas serían aquellos con extremidades más largas y almohadillas para los pies más grandes –afirma Kolbe–. Y nuestra predicción fue compatible con los dedos de los pies y las extremidades anteriores. Pero los sobrevivientes tenían miembros posteriores más cortos, lo que fue una sorpresa».

PATAS POSTERIORES MAS CORTAS

Cuando los investigadores vieron los vídeos que hicieron previamente de su experimento con los lagartos y el soplador de hojas, entendieron por qué los lagartos supervivientes tenían miembros posteriores más cortos.

«Cuando los lagartos comienzan a ser arrastrados por el viento, sus patas traseras pierden contacto primero con la vegetación, por lo que solo se sujetan con sus extremidades anteriores –explica–. Cuando están posados en la vegetación, sus patas traseras sobresalen y atrapan el viento. Resulta que las lagartijas con miembros posteriores más cortos tienen ventaja en un huracán».

Los investigadores se preguntan que relación tiene esto con la evolución. «El evento que documentamos parece ser sobre selección natural. Algunos lagartos vivieron, algunos lagartos murieron», explica Kolbe. «Para traducir eso al cambio evolutivo, los lagartos supervivientes tienen que reproducirse y esos rasgos, extremidades anteriores más largas, almohadillas de dedos más grandes, deben transmitirse a sus descendientes», añade, por lo que volverán este otoño para medir la descendencia producida por los lagartos supervivientes.

SELECCIÓN NATURAL

Mientras que el científico de URI confía en que los descendientes de los lagartos sobrevivientes tendrán muchos de los rasgos que hicieron que sus padres tengan éxito sobreviviendo a los huracanes, puede haber otros factores en el trabajo que los impulsen a evolucionar de maneras diferentes, incluso opuestas.

«¿Qué hace la selección natural cuando no hay un huracán? –se pregunta Kolbe–. ¿Qué características se favorecen en circunstancias que no son de huracán? ¿Sus extremidades más largas ahora los ponen en desventaja?». Según el investigador, entre los huracanes, las extremidades más cortas pueden favorecerse para moverse por la vegetación angosta.

Puede tomar varias generaciones de lagartijas y varios años entre huracanes para dar respuesta a todas las preguntas que se hacen los científicos. E incluso entonces, el aumento esperado en las tormentas severas debido al clima cambiante probablemente planteará aún más preguntas.

«En el pasado, cuando había un largo periodo de tiempo entre los huracanes, las poblaciones se recuperaban y la selección natural podía actuar para devolverlas a un estado óptimo para su ambiente –comenta Kolbe–. Pero si los huracanes siguen golpeando la isla con mayor frecuencia, haciéndolos más susceptibles a la extinción, la selección puede comenzar a actuar de un lado a otro, y en algún momento podrían no ser capaces de responder efectivamente desde un punto de vista evolutivo».

Para el científico, ese es el mensaje más grande. «La mayoría de las poblaciones experimenta múltiples factores de estrés (cambio climático, cambio de hábitat, especies invasoras) y todos esos cambios están arrastrando a las poblaciones en diferentes direcciones –concluye–. Podrían adaptarse a una de ellas, pero otras las obligan a adaptarse en otra dirección. Pueden terminar consumiendo todo su combustible evolutivo».

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