Las turberas terminarán por absorber menos carbono por el calentamiento

El calentamiento global hará que las turberas absorban más carbono, pero el efecto se debilitará a medida que aumente el calentamiento, según sugiere una investigación reciente.

Este efecto, un llamado «feedback negativo» donde el cambio climático causa efectos que ralentizan aún más el cambio climático, se incrementará en las próximas décadas, pero disminuirá después de 2100 si continúa el calentamiento, según concluye un equipo internacional de 70 científicos, dirigido por la Universidad de Exeter, en Reino Unido.

Las turberas son un «sumidero de carbono» vital, que actualmente almacena más carbono que toda la vegetación del mundo, y la investigación mostró que almacenarán aún más carbono en el futuro de lo que se creía anteriormente. En ambientes como los bosques, el carbono de las plantas muertas se descompone y se libera a la atmósfera; pero en las turberas, el agua ralentiza este proceso y bloquea el carbono.

La mayoría de las turberas se encuentran en climas fríos en lugares como Siberia y Canadá, y en este caso las temperaturas más cálidas alargarán la temporada de crecimiento de las plantas, lo que significa que caerá más materia vegetal en las turberas. Pero este aumento inicial del almacenamiento de carbono, que se estima en aproximadamente un 5 por ciento, se verá compensado por la reducción del almacenamiento en turberas tropicales en lugares como Borneo y la región amazónica.

«Las plantas que viven en turberas de clima frío tienen dificultades durante la mayor parte del año, pero el aumento de las temperaturas globales les dará una temporada de crecimiento más larga», afirma la autora principal, la doctora Angela Gallego-Sala, de la Universidad de Exeter. «La descomposición en las turberas se acelerará a medida que el clima se calienta, lo que significa más carbono y metano liberado, pero el efecto general en estas regiones de alta latitud será un mayor almacenamiento de carbono», añade.

Y prosigue: «Sin embargo, a medida que el calentamiento continúe, las turberas tropicales almacenarán menos carbono porque la descomposición se acelerará, pero las temperaturas más altas en estas regiones ya cálidas no impulsarán el crecimiento de las plantas».

UN ECOSISTEMA QUE PUEDE AYUDAR A FRENAR EL CAMBIO CLIMATICO

Los investigadores observaron un rango de estimaciones para el calentamiento futuro, desde un calentamiento promedio de entre 1 grado y 3,7 grados Centígrados para 2100. Las proyecciones futuras modeladas bajo todos los escenarios sugieren que el sumidero mundial actual en las turberas aumentará ligeramente hasta alrededor de 2100, pero disminuirá a partir de entonces.

En ambos casos, la descomposición en los trópicos revertirá las ganancias en las latitudes más altas (más cerca de los polos) debido al alargamiento de la estación de crecimiento. «Tenemos modelos detallados para predecir el cambio climático futuro, pero los modelos aún no explican todos los efectos de la biosfera (los seres vivos) en el clima», apunta el autor principal del estudio, el profesor Dan Charman, también de la Universidad de Exeter.

«La biosfera ralentizará o acelerará el cambio climático de diversas maneras. Nuestros resultados muestran que las turberas son un ecosistema que podría ayudar a desacelerar el cambio climático en el futuro, siempre y cuando los protejamos de un mayor daño», agrega.

La profesora de Geografía Física de la Escuela de Geografía, Geología y Medio Ambiente de la Universidad de Leicester, explica: «Nuestro trabajo destaca el hecho de que las turberas almacenan enormes cantidades de carbono y pueden desempeñar un papel vital en los esfuerzos mundiales para controlar el cambio climático».

Y continúa: «El estudio también destaca la importancia vital de proteger las turberas intactas y restaurar las turberas drenadas, particularmente en los trópicos, donde los efectos del futuro calentamiento global probablemente conduzcan a tasas más rápidas de descomposición de la turba.

«Los esfuerzos de restauración de turberas, como la rehumectación de turberas drenadas y degradadas, pueden restablecer las condiciones de anegamiento necesarias para evitar la emisión de carbono de turba –subraya–. Estos esfuerzos deben intensificarse si queremos evitar la aceleración de las emisiones de CO2 de las turberas en el futuro».

El equipo de investigación, que también incluyó la Universidad de Leicester y el Imperial College de Londres, en Reino Unido, utilizó un nuevo conjunto de datos globales de tasas de acumulación de carbono en las turberas durante el último milenio. Su trabajo se publica en la revista ‘Nature Climate Change’.

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