KENIA ALERTA SOBRE NUEVAS TENDENCIAS EN EL TRÁFICO DE FAUNA

Dos adolescentes belgas detenidos y juzgados por pasar de contrabando… ¡5.000 hormigas!

El tráfico de especies animales se reinventa y pone en jaque a la biodiversidad

Lornoy David, Seppe Lodewijckx y sus hormigas
Lornoy David, Seppe Lodewijckx y sus hormigas. PD

Si pensabas que el tráfico de animales era cosa de elefantes, pangolines o loros exóticos, te sorprenderá saber que las hormigas también son objeto de deseo en el mercado negro.

Imagina la cara de los agentes kenianos cuando descubrieron a dos adolescentes belgas con 5.000 hormigas cuidadosamente empaquetadas en su equipaje en el aeropuerto de Nairobi.

Ni contrabando de marfil ni pieles: hormigas. Así arranca uno de los episodios más insólitos del tráfico ilegal de especies del año.

A pesar del carácter diminuto y aparentemente inofensivo de estos insectos, la noticia ha disparado todas las alarmas entre expertos en conservación y autoridades internacionales.

No es para menos: detrás de este caso hay un cambio profundo en las tendencias del tráfico animal y un desafío creciente para la protección de la biodiversidad global.

El tráfico de hormigas: una nueva frontera para los contrabandistas

La detención, ocurrida a mediados de abril, sorprendió incluso a los agentes más experimentados. Los adolescentes, según las investigaciones iniciales, pretendían llevar las hormigas hasta Europa para su venta a coleccionistas y aficionados al cuidado de colonias exóticas. La afición por la «antkeeping» (cría doméstica de hormigas) ha crecido exponencialmente en redes sociales y foros especializados, lo que ha creado un lucrativo nicho para traficantes y una demanda inesperada en países como Bélgica o Alemania.

Aunque las hormigas pueden parecer inofensivas comparadas con otros animales traficados, su comercio ilegal representa un problema serio:

  • Pueden convertirse en especies invasoras al introducirse en ecosistemas ajenos.
  • Ponen en peligro especies nativas y cultivos agrícolas.
  • Favorecen la propagación de plagas y enfermedades desconocidas.

¿Están las hormigas en peligro de extinción?

El mundo alberga más de 12.000 especies conocidas de hormigas, presentes prácticamente en todos los continentes salvo la Antártida. Sin embargo, aunque muchas gozan de excelente salud poblacional e incluso son consideradas plagas urbanas o agrícolas, existen especies amenazadas o vulnerables por causas como la deforestación, cambio climático o introducción de especies invasoras.

Algunas curiosidades sobre su situación:

  • Existen especies endémicas muy localizadas, cuya captura masiva puede ponerlas en riesgo real.
  • La pérdida acelerada de hábitats afecta especialmente a las especies menos adaptables.
  • El tráfico internacional puede provocar el colapso local de colonias enteras si no se regula adecuadamente.

En el caso concreto del incidente en Kenia, aún no se ha detallado a qué especie pertenecían las 5.000 hormigas incautadas, pero expertos advierten que el traslado masivo sin control científico podría tener consecuencias ecológicas impredecibles.

¿Son peligrosas para los humanos?

A pesar del miedo irracional que despiertan algunas plagas domésticas o historias sobre mordeduras dolorosas, la gran mayoría de las hormigas no representa un peligro directo para los humanos. Es cierto que existen excepciones notables:

  • La temida hormiga bala sudamericana causa picaduras extremadamente dolorosas pero es rara fuera de su hábitat natural.
  • Las hormigas bulldog australianas poseen un veneno potente pero están restringidas geográficamente.
  • Algunas especies invasoras pueden causar daños materiales (hormiga carpintera) o afectar cultivos (hormiga cortadora).

Sin embargo, desde el punto de vista sanitario y ecológico, el mayor peligro reside en su capacidad para alterar ecosistemas si se introducen fuera de su rango natural: desplazan a especies autóctonas, facilitan plagas agrícolas y pueden incluso modificar ciclos biogeoquímicos fundamentales del suelo.

El tráfico global de especies animales: una amenaza constante

El caso keniano es solo una muestra más del ingenio (y cinismo) del tráfico ilegal de fauna. Si bien tradicionalmente los titulares han estado copados por grandes mamíferos o aves exóticas, cada vez es más frecuente detectar redes dedicadas a insectos raros o invertebrados con alto valor para coleccionistas o laboratorios.

Algunos datos relevantes sobre este fenómeno:

  • El tráfico internacional mueve miles de millones anualmente e involucra desde reptiles hasta orquídeas raras.
  • Insectos como mariposas, escarabajos y ahora también hormigas están ganando protagonismo entre los traficantes debido a su fácil transporte y bajo perfil aduanero.
  • Países africanos como Kenia están endureciendo sus leyes e incrementando controles tras detectar nuevas rutas y métodos empleados por contrabandistas internacionales.

Las autoridades advierten que estos movimientos pueden poner en jaque décadas de esfuerzos conservacionistas y facilitar la expansión global de plagas difíciles —o imposibles— de erradicar una vez establecidas.

Hormigas: arquitectas invisibles del planeta

Más allá del escándalo internacional y los riesgos asociados al tráfico ilegal, conviene recordar el papel fundamental que desempeñan estos insectos:

  • Son ingenieras ecológicas: airean el suelo excavando túneles, lo que facilita la infiltración del agua y el acceso a nutrientes por parte de las plantas.
  • Ayudan al control biológico: consumen huevos y larvas de otras plagas perjudiciales para cultivos.
  • Participan activamente en la dispersión de semillas y la polinización indirecta.
  • Sus colonias sirven como alimento clave para numerosas aves y pequeños mamíferos.

La próxima vez que encuentres una hilera ordenada cruzando tu cocina o jardín, piensa que esos diminutos seres han sobrevivido millones de años —y ahora incluso tienen precio en el mercado negro internacional—.

Curiosidades sobre las hormigas

Para cerrar con una sonrisa entomológica tras tanto drama aduanero:

  • Una colonia puede albergar hasta 20 millones de individuos.
  • Las obreras pueden levantar objetos hasta 50 veces su peso corporal.
  • Comunican peligros o hallazgos mediante complejas feromonas químicas.
  • Existen “supercolonias” transcontinentales formadas por billones (!) de ejemplares genéticamente idénticos.
  • En ciertas culturas asiáticas son consideradas manjar e ingrediente medicinal.

La historia reciente demuestra que ni siquiera las criaturas más pequeñas están a salvo del apetito humano —ya sea por coleccionismo, negocio o simple curiosidad científica—. Y si alguna vez alguien te pregunta si es posible traficar con 5.000 hormigas… ya tienes anécdota para rato.

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