Hasta ahora se había considerado que esos gases no se emitían por la boca, sino por el ano, pero los investigadores reconocen haber estado equivocados
Los problemas del cambio climático nos «aterrorizan» desde hace años. Se nos insta a que no utilicemos el coche con mucha frecuencia, a que no usemos productos contaminantes, a que reciclemos… Lo que nunca habíamos imaginado es que los eructos de las ovejas contaminan más que todo eso.
¿La solución? La cría de ovejas que eructen menos para reducir los gases que emitimos a la atmósfera. Científicos australianos aseguran que casi el 10% de esos gases de efecto invernadero proviene del ganado ovino y vacuno, según informa la BBC en el artículo «Buscan ovejas «verdes» que eructen menos».
El metano es uno de los gases principales que provocan el efecto invernadero, afectando al cambio climático más que el dióxido de carbono. La alarma australiana procede de que hay unos 80 millones de ovejas que emiten este gas y encontrar la solución para que no eructen tanto podría suponer un cambio significativo en el calentamiento global.
MÁS COMEN, MÁS ERUCTAN
Hasta ahora se había considerado que esos gases no se emitían por la boca, sino por el ano, pero los investigadores reconocen haber estado equivocados.
John Goopy, investigador:
«No sale mucho por el ano de los animales».
La idea es que estos animales sean criados en cabinas en las que coman y se pueda controlar la cantidad de eructos que expulsan. De 200 ovejas que han permanecido en observación se ha llegado a la conclusión de que eructan más las que más comen.