Las señales emitidas por estos dispositivos durante una conversación desorientan a las abejas hasta llevarlas a la muerte

¿Están matando los teléfonos móviles a las laboriosas abejas?

El estudio puede explicar la desaparición de cientos de millones de ellas en todo el mundo

El problema del colapso de las colonias (CCD por sus siglas en inglés), fue detectado por primera vez en 1972

Ya no se trata solo de los pesticidas, ni de la contaminación, ni del cambio climático. También el uso masivo de teléfonos móviles puede ser uno de los culpables de la trágica desaparición de cientos de millones de abejas en todo el mundo.

Daniel Favre, investigador del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, acaba de publicar un estudio en el que demuestra quelas señales emitidas por los teléfonos móviles durante una conversación son capaces de desorientar a las abejas hasta el punto de llevarlas a la muerte.

Como explica José Manuel Nieves en ABC, Fabre ha realizado hasta 83 experimentos diferentes para comprobar y medir la reacción de las abejas ante la presencia de un móvil en funcionamiento.

Los resultados parecen no dejar lugar a dudas. El equipo de Favre halló que, en presencia de un móvil que realiza o recibe una llamada, las abejas producen con el zumbido de sus alas hasta diez veces más ruido del que hacen en condiciones normales, un comportamiento que habitualmente es utilizado por la colonia como una señal de alarma que urge a abandonar la colmena.

La tesis de Favre coincide con los hallazgos de un grupo de científicos alemanes, que hace ya meses anunciaron haber encontrado la razón para la misteriosa desaparición de las colonias de abejas, que se inició el pasado otoño en EEUU y que ya ha saltado a nuestro continente.

Los investigadores han demostrado que las abejas cambian su comportamiento cerca de las líneas de electrificado, y un nuevo estudio realizado por la Universidad Landau señala que las abejas se niegan a regresar a sus colmenas si un teléfono móvil (el del apicultor, por ejemplo) se encuentra cerca.

El gobierno de los EEUU ha solicitado un estudio a gran escala sobre esta posibilidad, y el investigador jefe encargado de realizarlo ha declarado:

«Estoy convencido de que esta posibilidad es real».

El problema del colapso de las colonias (CCD por sus siglas en inglés), fue detectado por primera vez en 1972, pero no fue hasta 2006 quela desaparición masiva de cientos de millones de abejas en todo el mundo hizo que sonaran las alarmas. Las abejas, en efecto, parecían «evaporarse» en todas partes, abandonando las colmenas sin dejar el menor rastro.

Ese año, apicultores de todo el planeta denunciaron la pérdida de entre el 30% y el 90% de sus colonias.

En años sucesivos, y ante el agravamiento del problema, se han realizado numerosas investigaciones para identificar el origen de una crisis que no se limita sólo a las abejas.

 

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