Ahora se procederá a estudiar su ADN para avanzar en las investigaciones
Los mosquitos existen en la Tierra desde hace aproximadamente 200 millones de años.
Durante su larga historia evolutiva, han desarrollado una variedad de adaptaciones que les han permitido prosperar en diversos hábitats alrededor del mundo y convertirse en una de las familias de insectos más amplias y diversas.
Son mucho más antiguos que los dinosaurios, que vivieron hace aproximadamente 65 millones de años y se extinguieron en el evento de extinción masiva conocido como el Cretácico-Paleógeno (K-Pg).
Están presentes en casi todos los continentes, excepto en las regiones polares extremas.
Algunas de las enfermedades transmitidas por los mosquitos incluyen el paludismo (malaria), el dengue, el virus del Zika, la fiebre amarilla y la encefalitis.
Son sin duda una amenaza para la salud pública, pero tienen su función y hasta ventajas:
- Alimentación: La mayoría de las especies de mosquitos se alimentan de néctar de flores, pero las hembras de muchas especies necesitan sangre para reproducirse. Tienen una trompa larga y afilada que les permite perforar la piel de sus víctimas y succionar sangre.
- Comunicación: Los mosquitos se comunican mediante zumbidos y vibraciones de sus alas. El zumbido producido por las alas de los mosquitos machos y hembras es diferente, lo que les permite identificarse entre sí.
- Longevidad: La vida de un mosquito puede variar según la especie y las condiciones ambientales, pero en general, su vida adulta suele ser relativamente corta, de unas semanas a unos pocos meses.
- Reproducción: Los mosquitos ponen sus huevos en el agua, y las larvas se desarrollan en ese ambiente acuático. Pasan por varias etapas antes de convertirse en adultos.
- Importancia ecológica: A pesar de su mala reputación debido a las enfermedades que transmiten, los mosquitos también tienen importancia ecológica. Son una fuente de alimento para muchas aves, murciélagos, peces y otros insectos.
SANGRE DE PAJARO
El bioquímico jubilado Dale Greenwalt ha encontrado un mosquito fosilizado en cuyo estómago aún quedaban restos de sangre de su última víctima.
Sangre que podría tener unos 46 millones de años de antigüedad y que, según los expertos, pertenecería a un pájaro.
Greenwalt buscaba insectos en la montaña cuando realizó este descubrimiento, que ha sido publicado en PNAS, y ahora se procederá a estudiar su ADN.
Según las características que presenta, los investigadores han apuntado que se trata de una especie que voló mucho tiempo después de que los dinosaurios se extinguieran.
Sin embargo, el pájaro del que tomó la sangre serçia un descendiente de estos, lo que «puede aportar muchos datos«.
En cuanto al contenido de su estómago, se han usando dos tipos diferentes de luz de rayos X que determinan qué productos químicos están presentes.
Se ha determinado que el vientre del mosquito estaba lleno de hierro, una de las principales características de la sangre que lleva oxígeno al resto del cuerpo.
Además, se han encontrado evidencias de porfirinas, que se unen al hierro en la sangre.
«Juntos, ambos componentes confirman definitivamente, que lo que hay en el interior del animal es sangre de una de sus víctimas».