En general, los perros parecen ser seres alegres, felices y despreocupados, por lo que se espera que tengan una visión positiva de la vida. Pero según afirma una investigación de la Universidad de Sydney, algunos perros son claramente más pesimistas que otros.
«Esta investigación es emocionante porque mide los estados emocionales positivos y negativos en los perros de manera objetiva y no invasiva. Se ofrece a los investigadores y los dueños de perros una idea de las perspectivas de los perros y cómo cambian», explica Melissa Starling, de la Facultad de Veterinaria.
«Averiguar con la mayor precisión posible si un perro en particular es optimista o pesimista es especialmente útil en el contexto de los perros que realizan servicios para la sociedad y tiene implicaciones importantes para el bienestar animal.»
A los perros que participaron en el estudio se les enseñó a asociar dos sonidos diferentes con una recompensa de leche en un caso o la misma cantidad de agua en otro. Una vez que los perros aprendieron a discriminar ambos sonidos y a relacionarlos con una determinada recompensa, se les hizo escuchar tonos «ambiguos».
Si los perros respondían después de escuchar un tono ambiguo, quería decir que esperaban que ocurriesen cosas buenas para ellos, y se les clasificaba como optimistas.
«Entre los perros observados había más que eran optimistas que pesimistas, pero es demasiado pronto para decir si eso es cierto para la población general de perros».
Según la investigación, un perro con una personalidad optimista espera que sucedan cosas buenas. Va a arriesgarse para consegui una recompensa. Es un perro que no se desanima cuando las cosas no salen bien y lo intenta de nuevo. Los reveses de menor importancia no le dejan abatido.
Si un perro tiene una personalidad pesimista, espera que le ocurran menos cosas buenas. Esto puede hacer que actúe de manera excesivamente cautelosa y sin arriesgarse jamás. Los contratiempos en las acciones que emprende pueden causarle angustia. Tal vez no sea infeliz per se, pero es probable que sea más conformista y necesitará un poco de animo para probar cosas nuevas.
Los perros pesimistas parecían estar mucho más estresados ante una tarea que los perros optimistas. Ladraban o gimoteaban y evitaban repetir la acción.
«Esta investigación podría ayudar a los entrenadores de perros a seleccionar los perros que mejor se adapten. Descubriendo el optimismo o el pesimismo en los perros de forma temprana se pueden identificar buenos candidatos para el entrenamiento. A un perro pesimista que evita riesgos sería mejor usarle como perro guía, mientras que un perro optimista sería más adecuado para la detección de drogas o explosivos».