UN EXPERIMENTO CON LAGARTOS LO DEMUESTRA

Los reptiles pueden aprender por imitación

Hasta ahora se creía que este modo de adquirir habilidades era exclusivo de humanos y primates avanzados

Los reptiles pueden aprender por imitación
Lagarto. Europa Press

Una investigación llevada a cabo por científicos del Reino Unido y Hungría ha proporcionado la primera evidencia de que los reptiles podrían ser capaces de aprender a través de la imitación. Hasta ahora se creía que esta capacidad de adquirir habilidades a través de la copia era exclusiva de humanos y primates avanzados, como el chimpancé.

Los científicos dibujan una distinción importante entre la imitación y la emulación en el estudio de las capacidades cognitivas de los animales. En la verdadera imitación, la ‘copia’ del comportamiento individual de otro individuo no sólo imita lo que ve, sino que también entiende la intención que hay detrás de la acción.

En la emulación, un animal copia un comportamiento sin comprender su significado más profundo: por ejemplo, un loro recitando las palabras de su dueño.

Existe un debate sobre el grado en que los no primates son capaces de realizar una verdadera imitación. De ahí la importancia del nuevo trabajo, publicado en ‘Animal Cognition’, que ha conseguido responder a esta cuestión presentando evidencias de imitación en reptiles.

Los expertos se propusieron investigar si el dragón barbudo (Pogona vitticeps) es capaz de imitar a otro. Así, se entrenó a uno de los animales como «demostrador», abriendo una puerta metálica que cubría un agujero en una tabla de madera. La puerta se podía mover horizontalmente a lo largo de guías deslizantes a izquierda o derecha, con el uso de la cabeza o la pata. El demostrador era recompensado con alimentos (un gusano de la harina) en el otro lado de la puerta.

Por su parte, el resto de sujetos fueron divididos en un grupo experimental y un grupo control. El grupo experimental observó al lagarto demostrador acercarse al aparato de prueba y abrir la puerta con una corredera con el movimiento de la cabeza. Todos, ocho lagartos, abrieron con éxito la puerta corredera, empujándola hacia el mismo lado que habían observado. Ninguno de los sujetos del grupo de control, que no habían visto a sus predecesores, lo hizo.

Los expertos señalan como diferencia clave entre los dos grupos que el movimiento de la cabeza con el que abrieron la puerta los experimentales nunca se observó en los sujetos de control. Es decir, este fue el movimiento con el que el lagarto  «demostrador» consiguió abrir la puerta y sugiere que los sujetos experimentales imitaban una acción que no era parte de su comportamiento espontáneo.

Todos los sujetos copiaron correctamente las acciones del animal «demostrador», lo que sugiere por primera vez que los reptiles realizan el aprendizaje social a través de unaimitación equivalente a la observada en las especies «superiores».

La autora principal, Anna Wilkinson, ha explicado que «se cree que la capacidad de aprender a través de la imitación es el pináculo de aprendizaje social y se ha considerado durante mucho tiempo una característica distintiva de los humanos».

«Esta investigación sugiere que el dragón barbudo es capaz de un aprendizaje social que no puede ser explicado por mecanismos simples».

Wilkinson ha recordado que los reptiles y los mamíferos evolucionaron a partir de un ancestro común y la investigación de las similitudes y diferencias en su comportamiento es esencial para entender la evolución de la cognición. Los recientes avances en el campo de la cognición reptil han encontrado pruebas de habilidades sofisticadas de este grupo.

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