LOS CIENTÍFICOS UTILIZARON TÉCNICAS 3D

Un estudio sobre los huesos de la muñeca desvela cómo las aves evolucionaron de los dinosaurios

Las muñecas pasaron de ser duras a convertirse en hiperflexibles y permitir que las aves plegaran sus alas

Un estudio sobre los huesos de la muñeca desvela cómo las aves evolucionaron de los dinosaurios
Evolución de las aves. Europa Press

Aunque se sabe que las aves evolucionaron de una rama del árbol genealógico de los dinosaurios, la adaptación fundamental que posibilitó el vuelo ha seguido siendo un misterio para los biólogos evolutivos. Ahora, un trabajo publicado en ‘PLoS Biology’ ha conseguido resolverlo utilizando técnicas 3D. De esta forma, se ha confirmado una teoría formulada hace 44 años.

Los científicos señalan que, durante los millones de años que transcurrieron para que los brazos se transformaran en alas, las muñecas pasaron de ser duras y rectas a convertirse en hiperflexibles y permitir que las aves plegaran sus alas cuando no volaban.

Detrás de este cambio de transformación evolutiva está la reducción a la mitad del número de huesos de la muñeca –de los 9 de los dinosaurios a los 4 de sus descendientes, las aves–, pero los biólogos rara vez se han puesto de acuerdo sobre la correspondencia entre los huesos de dinosaurios que aun permanecen en las aves y los propiamente desarrollados por ellas. De hecho, existen estudios con datos, métodos y conclusiones radicalmente diferentes entre sí.

Por ejemplo, el profesor de la Universidad de Yale John Ostrom señaló en 1970 que las muñecas de ambas especies poseen un hueso muy similar, en forma de media luna –conocido como ‘semilunar’– y que es resultado de la fusión de otros dos, presentes en los dinosaurios. Sin embargo, el fracaso de los biólogos para confirmar esta teoría planteó dudas sobre la misma.

El nuevo estudio incluye la combinación de dos líneas de investigación anteriores. Utilizando un enfoque interdisciplinario, el equipo de expertos ha reexaminado fósiles almacenados en varias colecciones de museos y, al mismo tiempo ha recogido nuevos datos evolutivos de siete especies diferentes de aves modernas. Del mismo modo, han desarrollado una nueva técnica revolucionaria que permite estudiar las proteínas específicas en esqueletos embrionarios en 3D.

Al combinar estos datos de fósiles y embriones, el equipo de investigación ha dado un gran paso adelante para descubrir cómo evolucionó la muñeca de las aves.

Gracias a este sistema, los nuevos datos obtenidos han revelado la primera evidencia del desarrollo del semilunar a partir de la fusión de dos huesos de dinosaurios. Del mismo modo, han demostrado que otro hueso –pisiforme– se perdió en dinosaurios pero luego reapareció en la evolución temprana de las aves, probablemente como una adaptación para el vuelo.

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