AUNQUE LA MONA SE VISTA DE ROJO...'SOLTERA' SE QUEDA

Un experimento muestra que el color rojo deja indiferentes a los monos machos

Sin embargo, las hembras sí reaccionaron ante la imagen de un trasero másculino rodeado de un marco de ese color

Un experimento muestra que el color rojo deja indiferentes a los monos machos
Monos. Europa Press

Las hembras de mono también responden a la atracción que representa el color rojo. Esto sugiere que la biología, más que la cultura, puede jugar un papel fundamental en este tipo de reacciones.

«Nuestra investigación muestra que el color rojo hace que los individuos resulten más atractivos a la hora de emparejarse, y en una situación de lucha hace que parezcan más amenazantes y furiosos», explica Benjamin Y. Hayden, coautor del estudio y profesor de ciencias cerebrales y cognitivas en la Universidad de Rochester.

Hayden y Andrew J. Elliot, profesor de psicología en Rochester que ha publicado varios artículos sobre el ser humano y el rojo, intentaron descubrir qué determina la respuesta de los seres humanos ante ese color.

La cuestión es si el ‘efecto rojo’ se activa sólo mediante exposiciones culturales repetidas, o si hay una base biológica que puede ayudar a explicar por qué el color tiende a amplificar las emociones humanas.

«¿Es sólo porque cada año, en el Día de San Valentín, se ven cosas rojas por todas partes y se crea un vínculo para nosotros entre el color rojo y el amor, o es realmente algo arraigado en nuestra biología?»

Una forma de probar la influencia biológica sería evaluar las reacciones en los individuos que no han sido condicionados para asociar el color rojo con el amor, dijo Hayden. «¿Y si pudiéramos probar esto en alguien que ni siquiera fuese humano pero estuviese expuesto a similares presiones evolutivas? Bueno, ese individuo sería un mono. Por lo tanto, llevamos a cabo experimentos para ver si los monos tendrían reacciones similares a los humanos, y en pocas palabras, la respuesta es, sí, parece que las tienen.»

El nuevo estudio, que aparece en la revista ‘Evolution and Human Behavior’, centró su investigación en los monos rhesus (Macaca mulatta) de una población de aproximadamente 1.000 ejemplares que residen en Cayo Santiago (Puerto Rico). Estos primates viven en grupos sociales creados de forma natural y están habituados a la observación humana.

DOS ENSAYOS

Los investigadores llevaron a cabo dos ensayos que midieron la cantidad de tiempo que los primates miraron un grupo de imágenes en blanco y negro de los cuartos traseros de monos adultos. Los estímulos, que incluían imágenes de ambos sexos, fueron rodeados por un color «extraño», es decir, rojo o azul. Los investigadores también utilizaron una imagen de una concha común que se encuentra en la isla como punto de control.

En el primer ensayo, los investigadores mostraron una secuencia de imágenes de los cuartos traseros masculinos, rodeados aleatoriamente por marcos de color rojo o azul, a monos adultos de ambos sexos. También se presentaron imagenes de la concha.

Los investigadores encontraron en las hembras un grado de  atracción significativo hacia las imágenes de los cuartos traseros masculinos, pero sólo cuando un marco rojo rodeaba la imagen. «Hasta donde sabemos», dijeron los investigadores, «esta es la primera demostración del efecto que produce un color extraño en primates no humanos.»

En un segundo ensayo, los investigadores mostraron imágenes de cuartos traseros femeninos rodeados por un marco de color rojo o azul. Pero, sorprendente para los investigadores, los monos machos no mostraron ninguna preferencia por los cuartos traseros femeninos, incluso cuando estaban rodeados por el color rojo.

Los investigadores dicen que se necesita trabajo adicional para entender por qué los machos no respondieron a los colores extraños.

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