La evolución de las plumas hizo que los dinosaurios caracterizados por este rasgo fuesen más vistosos y tuviesen un impacto profundamente positivo en la comunicación, la selección de parejas y la reprodución.
Esta es la respuesta de los investigadores de las universidades de Bonn y Gottingen a la pregunta de por qué los dinosaurios cubiertos con un manto de plumas fueron pioneros en el vuelo, mucho antes de las primeras especies de aves Archaeopteryx. El equipo de investigación postula que estos antiguos reptiles tenían una capacidad muy desarrollada para discernir el color.
La teoría de que las aves y los dinosaurios son parientes cercanos se remonta al siglo XIX. Pero tuvieron que pasar más de 130 años hasta que se consiguió la primera prueba real de restos de dinosaurios con plumas, en yacimientos de fósiles en China.
Gracias a estos hallazgos fósiles, ahora sabemos que las aves descienden de una rama de los dinosaurios depredadores de tamaño medio, los llamados terópodos. El Tyrannosaurus rex y los velocirraptores, especies popularizadas por la película ‘Parque Jurásico’, son alguno de los representantes de esta familia de disnosaurios carnivoros. Estos voraces depredadores tenían plumas, mucho antes de que el primer Archaeopteryx levantase el vuelo.
«Hasta ahora, la evolución de las plumas se consideró principalmente una adaptación relacionada con el vuelo o la sangre caliente, y en segundo lugar se especulaba con las posibilidad de que tuvieran que ver con ciertas capacidades de visualización», dice la una de las autoras del artículo, Marie-Claire Koschowitz del Instituto Steinmann de Geología, Mineralogía y Paleontología de la Universidad de Bonn.
«Yo no estaba en realidad convencida de ninguna de estas teorías. Tenía que haber alguna característica de especial importancia en las plumas que las hiciese tan únicas y que facilitó que se propagasen tan rápidamente entre los ancestros de las aves actuales», explica Koschowitz.
VISIÓN A TODO COLOR
La investigadora sugiere que esta característica está relacionada con la visión del color de los dinosaurios. Después de analizar las relaciones genéticas de los dinosaurios con los reptiles y las aves, la investigadora determinó que los dinosaurios no sólo poseían los tres receptores de color para el rojo, verde y azul que el ojo humano posee, sino que, al igual que sus parientes vivos más cercanos, los cocodrilos y las aves, eran probablemente también capaces de ver la luz ultravioleta por medio de un receptor adicional.
«Sobre la base de las relaciones filogenéticas y la presencia de tetracromía en los tetrápodos actuales, lo más probable es que los ancestros de todos los vertebrados terrestres tuviesen receptores para detectar azul, verde, rojo y ultravioleta,» dice Christian Fischer, de la Universidad de Göttingen.
Esto hace que el mundo sea mucho más colorido para la mayoría de los animales de lo que es para los seres humanos y otros mamíferos. Estos últimos tienen generalmente una visión bastante pobre de los colores o incluso carecen de visión del color, ya que fueron especies nocturnas durante las primeras etapas de su evolución.
Por el contrario, numerosos estudios sobre el comportamiento social y la elección de parejas entre los reptiles y las aves, que son más activos durante el día, han demostrado que la información transmitida a través del color ejerce una enorme influencia en la capacidad de estos animales para comunicarse y procrear con éxito.