Suedió en el Khao Yai National Park de Tailandia, y los ocupantes del coche se salvaron por los pelos ya que tuvieron la feliz ocurrencia de abandonar el Mercedes al poco del ataque, y tras escuchar que el protagonista del suceso que nos ocupa empezaba a barritar de mala manera.
Como puede observarse en el vídeo que acompaña a estas líneas, el paquidermo se sienta en el capó con la lógica consecuencia debido a su peso y, tras hacer lo propio varias veces, se aleja por la carretera tan campante contoneándose en plan chulesco.
EN CELO
Según los responsables del lugar, tal comportamiento puede obedecer a que en esta época estos animales están en celo, y se muestran bastate molestos con tantas vistas inoportunas.