MUNDO CRUEL

La Ley de la Selva: los leones se meriendan a la búfala y a su pobre cría

El búfalo cafre (Syncerus caffer) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae que habita en los bosques y sabanas del África subsahariana, especialmente al este del continente.

No tiene la majestuosidad del león, la elegancia del leopardo o el gran tamaño del elefante. Sin embargo, el búfalo africano es un orgulloso miembro de los «Cinco grandes» y una de las principales atracciones en cualquier safari por África.

Supervivientes del siglo XIX
A diferencia que la mayoría de sus «compañeros» en la sabana, el búfalo africano no se encuentra en peligro de extinción. Sin embargo, estuvo a punto de desaparecer al final del siglo XIX.

La causa fue una enfermedad transmitida por el ganado vacuno doméstico, la cual también afectó a los animales salvajes.

Por suerte, las condiciones favorables para su reproducción y su protección en los últimos años han hecho que su población se haya recuperado, estando en la actualidad fuera de la lista de especies en peligro de extinción.

Siempre unidos
Si este animal tuviera un lema, sin duda sería «siempre unidos». Sus manadas, que pueden alcanzar los 2.000 miembros, actúan de forma totalmente cooperativa, cuidando los unos de los otros, coordinando sus desplazamientos y actuando como un grupo ante el ataque de los distintos depredadores.

Si una manada atraviesa el territorio de un macho solitario, éste tomará su control y la guiará hasta el límite de sus dominios, mostrando la gran solidaridad que existe entre los miembros de esta especie.

Un animal difícil de cazar
Ya hemos destacado la fuerza y la unidad de las manadas de búfalos. Pero esta no es la única característica que les convierte en una de las presas más difíciles para sus depredadores. Su potencia física ─supera los 500 kilos─ se combina con su temida cornamenta, una de las más imponentes del reino animal.

Estos cuernos están presentes tanto en los machos como en la hembra, sus extremos están ligeramente inclinados hacia el interior y pueden llegar a alcanzar una longitud de 130 centímetros de punta a punta. Leones, hienas, leopardos y cocodrilos son sus principales atacantes, aunque suelen preferir otras presas antes que enfrentarse a la fuerza de este animal.

Garcillas y picabueyes, sus inseparables compañeros
El mutualismo es una interacción biológica que se da entre dos individuos de diferentes especies que entran en contacto y obtienen un beneficio mutuo. Y esto es precisamente lo que ocurre entre el búfalo y estas dos especies de aves.

En el caso de las garcillas, estas consiguen su alimento a través de los insectos que saltan desde el suelo al cuerpo del búfalo africano. Ellas, a cambio, suplen la falta de vista y oído del mamífero advirtiéndole de la presencia de posibles depredadores. En el caso de los picabueyes, estos limpian las heridas del búfalo alimentándose de las garrapatas y larvas de mosca que se esconden entre su pelaje y obteniendo así su dosis nutricional.

Donde encontrar al búfalo africano
Habitual de la sabana africana, el búfalo está presente en grandes partes del territorio del África subsahariana. Es más frecuente encontrarlos en el este y en el centro del continente, prefiriendo las llanuras y los lugares donde abunda el agua.

CURIOSIDADES

  • Dada su composición física, el búfalo necesita beber alrededor de 30 litros de agua al día. Esta es la razón por la que prefieren lugares con acceso a este preciado líquido.
  • Tanto la vista como el oído del búfalo son muy pobres, compensándolo con una elevada capacidad olfativa
  • Su media de vida se sitúa entre los 16 y los 20 años
  • Además del búfalo africano, existen otras especies de esta familia: el búfalo de agua (original del sudeste asiático) y el búfalo o bisonte americano, oriundo de Estados Unidos y Canadá.

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