Entrenados para robar y pedir recompensa, estos primates realizan un trabajo sofisticado y muy ensayado, ladrones de guante blanco que traen de cabeza a las autoridades y a los turistas.
Algunas fechas atrás hablábamos del ramsonware, según recoge N+1 una forma de delito informático en el que hackers pedían una recompensa a cambio de devolverte acceso a tus archivos. Como si no fuese suficiente ver esta modalidad de robo adaptada al mundo de las computadoras, ahora una especie de macacos la ha llevado a un nuevo nivel. Aunque parezca de lo más raro que has leído últimamente, un grupo de primates, conocidos en inglés como macacos de cola larga o macacos devoradores de cangrejos moradores de inmediaciones de un templo de Indonesia han aprendido a hurtar y pedir recompensa por la devolución de pertenencias a turistas. El curioso (y cuestionable) comportamiento ha sido observado y detallado en un estudio publicado en la revista Primates.–Indonesia: estos monos aprendieron a robar cosas a cambio de un rescate–.
Ciertas especies de monos o macacos se han visto envueltas en actos que bien podrían ser catalogados como robos, si bien los monos, hasta donde se sabe, no son conscientes de lo que hacen. En Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, por ejemplo, colonias de monos afectadas por la sobrepoblación y falta de hábitat optaron por buscar comida en casas de los angustiados vecinos. Otro fue el caso del mono indonesio Naruto, que tras arrebatarle la cámara al fotógrafo británico David Slater, se tomó un selfie que acabó dando la vuelta a Internet e involucrándolo en un insólito conflicto de derechos de autor.