Cuesta imaginarse al galgo yendo a buscar 'papelinas', pagando al contado y snifando a escondidas en el baño
El mundo de las carreras de perros ha sufrido un duro golpe esta semana después de que haya salido a la luz el caso de dopaje del campeón irlandés Clonbrien Hero.
El galgo, de tres años de edad, dio positivo en benzoylecgonina, uno de los compuestos principales de la cocaína, en los test realizados el 1 y 22 de julio en el Curraheen Park Greyhound Stadium de Cork, la principal carrera de galgos en la isla verde.
La victoria, con récord del circuito en la final incluido, reportó a su dueño un premio de 30.000 euros.
La Junta Irlandesa de Carreras de Galgos ha pasado el resultado de las pruebas al Comité de Control para que decidan la sanción al animal dopado.
Su dueño, Graham Holland, asegura al diario inglés The Times que Clonbrien Hero ingirió la cocaína accidentalmente:
«Creemos que estamos siendo víctimas de algo que no hemos hecho».
«Si sabes que vas a pasar un control cuando ganas una carrera, no vas a administrar cocaína a un galgo. He estado entrenando a estos animales durante tres décadas y ahora me acusan de de doparlos».
No es la primera vez que Holland protagoniza algún tipo de incidente extradeportivo. En cualquier caso, cuesta imaginarse al galgo yendo a buscar ‘papelinas‘, pagando al contado y snifando a escondidas en el baño.
El pasado diciembre, otro de sus perros, Clares Rocket, fue secuestrado de una sus perreras en Golden, Tipperary, sin bien se recuperó posteriormente.
