Este pescado no solo hace las delicias de los paladares más exigentes. Es tan sabroso como saludable y, además, es un manjar al alcance de todos los bolsillos. O, al menos, lo era. La sardina ibérica está en peligro de extinción y podría convertirse en un producto de lujo, como el caviar o la langosta. En la mesa habrá (peores) sardinas, como las que se pescan en aguas mauritanas, francesas o marroquíes, pero no más portuguesas, gallegas, asturianas, cántabras o vascas.
La voz de alarma la ha dado el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), un organismo científico que vela por los recursos naturales del Atlántico Norte. En su último informe ha recomendado la captura cero de la sardina ibérica, es decir prohibir por completo su pesca por la escasez en aguas del Cantábrico y del Atlántico. En el peor de los escenarios, el parón podría prolongarse durante 15 años para dar tiempo a la especie a recuperarse, según recoge Nuria Ramírez de Castro en ABC.
La sardina ibérica no es la única especie a la que se ha recomendado la captura cero. Se intentó con la anchoa, aunque finalmente se desestimó. Y ahora está impuesta a la pesca de las cigalas del cantábrico y Galicia.