Con el paso de los años, los canes ya no son usados según los propósitos para los cuales fueron diseñados y, por lo tanto, no es necesario operarlos. No obstante, una práctica como el corte de cola sigue siendo común en los países donde aún no está prohibido.
¿Cuál es la razón? Actualmente, este procedimiento se usa como una manera de ajustarse a un aspecto distintivo o estándar de cada raza y mejorar su apariencia, generalmente, para participar en concursos caninos que admiten perros operados, según recoge M. Ayala en La Provincia.
Por lo general, las personas que tienen perros de compañía, los quieren tal y como son, y no están dispuestas ni interesadas en someterlos a procedimientos exclusivamente estéticos. Sin embargo, la tendencia mundial de operar a los perros solo por razones cosméticas está perdiendo fuerza; y así como existen amos excéntricos que visten a sus mascotas como humanos -con zapatos y otros accesorios- o les tinturan el pelaje de algún color, hay quienes deciden no cambiar su físico, rompiendo la tendencia habitual, que ahora se ve respaldada en España por una normativa legal que limita dichas prácticas. Esto sucede cuando las posibilidades de operaciones se han ampliado: los procedimientos van desde implantes testiculares, levantamiento de párpados, elevación del mentón, hasta la extracción de los dientes, para que no muerdan; y las garras, para que no rayen los muebles. Pero ¿por qué llevar a estos animales al quirófano?