Muchas especies animales exhiben una notoria anatomía para atraer al sexo opuesto. Un enorme abanico de plumas o unas astas imponentes son algunos de los extravagantes y llamativos ornamentos que no pasan desapercibidos en el cortejo amoroso. Sus propietarios los utilizan para gritar en silencio «mira lo que tengo, estoy sano y fuerte y no hay mejor padre para tus hijos». No es nada nuevo. Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres creen que algunos dinosaurios, como los triceratops, ya lucían sus elaborados volantes y cuernos en la cabeza con un propósito sexual.
Durante mucho tiempo, los científicos habían sugerido que los cuernos y adornos de los dinosaurios evolucionaron para ayudarles a distinguirse entre sí y evitar la hibridación con otras especies, que solo produce descendencia estéril o no apta, según recoge ABC.
Para probar esta hipótesis, los investigadores examinaron patrones de diversidad en la ornamentación de 46 especies de ceratopsios, dinosaurios con cuernos, pero no encontraron diferencias entre las especies que vivían juntas y las que lo hacían separadas. De igual manera, se dieron cuenta de que los rasgos ornamentales parecían evolucionar a un ritmo mucho más rápido que otros. Como estas estructuras son costosas de crear y mantener, este hallazgo apunta a una fuerte presión selectiva.