No lo hacen como los pájaros o los insectos batiendo sus alas.
Pero, algunas especies de arañas tienen la capacidad de desplazarse en el aire mediante un fenómeno conocido como «vuelo dispersivo» o «vuelo por transporte«.
Esto ocurre cuando las arañas jóvenes o adultas aprovechan corrientes de aire para elevarse y ser transportadas a distancias considerablemente mayores que las que podrían alcanzar caminando.
El vuelo dispersivo se realiza mediante el lanzamiento de hilos de seda que son producidos por las arañas.
Estos hilos son llevados por el viento y permiten que las arañas floten en el aire.
A este comportamiento también se le conoce como «ballooning» o «kiting«.
Algunas arañas pueden elevarse varios metros en el aire y ser transportadas por corrientes ascendentes o vientos fuertes a largas distancias.
Esto les permite colonizar nuevos territorios y dispersarse ampliamente.
Las arañas son criaturas fascinantes y poseen diversas curiosidades:
- Producción de seda: Las arañas son capaces de producir seda mediante unas glándulas especiales. La seda se utiliza para construir telas de araña, refugios, protección de huevos y para el vuelo dispersivo.
- Variedad de formas y tamaños: Existen miles de especies de arañas en todo el mundo, y presentan una amplia variedad de formas y tamaños. Desde las diminutas arañas saltarinas hasta las grandes tarántulas, las arañas muestran una gran diversidad.
- Veneno y presas: La mayoría de las arañas son venenosas y utilizan su veneno para inmovilizar a sus presas. Sin embargo, la gran mayoría de las especies de arañas no representan un peligro significativo para los seres humanos.
- Comportamiento de caza: Las arañas emplean diferentes técnicas de caza. Algunas tejen telas pegajosas para atrapar insectos en vuelo, mientras que otras emboscan a sus presas o persiguen activamente a sus presas.
- Cuidado parental: Algunas especies de arañas exhiben un notable cuidado parental. Por ejemplo, las arañas lobo transportan a sus crías sobre su abdomen y las protegen hasta que sean lo suficientemente grandes para valerse por sí mismas.
LA CAPACIDAD DE VOLAR
La capacidad de volar apareció varias veces en la evolución: en insectos, en dinosaurios y sus descendientes (las aves), y en otras especies como en ciertos mamíferos.
Y aunque todos estos animales usaron alas para transportarse por el aire, hubo una pequeña especie que fue observada volando sin contar con esa ayuda: las arañas.
Charles Darwin las observó en su barco HMS Beagle cuando se lanzaban con «rapidez irresponsable», llevadas por hilos de seda.
Ahora, una investigación publicada en la revista Current Biology, ha encontrado que las arañas pueden volar usando la fuerza de la electricidad atmosférica.
Erica Morley de la Universidad de Bristol y su equipo, quisieron probar una idea propuesta hace casi 200 años de que las fuerzas electrostáticas, la forma en que los objetos son atraídos o rechazados por su carga, podrían ser lo suficientemente fuertes como para conseguir que las arañas vuelen en el aire.
Primero, los investigadores probaron si las arañas podían detectar los campos eléctricos.
Pusieron pequeñas arañas Linyphiidae en una jaula de Faraday que las protegía de los campos electromagnéticos y las corrientes de aire, y luego agregaron sus propios campos eléctricos que imitaban las fuerzas vistas en la naturaleza.
«Estábamos buscando cambios en el comportamiento en respuesta a encender y apagar el campo eléctrico», dice Morley.
Cuando Morley encendió la corriente, las arañas comenzaron a caminar de puntillas, un comportamiento que solo se ve cuando las arañas están a punto de saltar: enderezan las piernas, levantan el abdomen y liberan seda. Los investigadores también encontraron que las arañas tenían diminutos pelos sensoriales que pueden detectar campos eléctricos.
«Pueden sentir la carga en el aire».
Esta es la primera vez que esta habilidad sensorial ha sido documentada en criaturas distintas de las abejas.
La segunda parte del experimento examinó el efecto del campo eléctrico sobre las arañas aerotransportadas y descubrió que la altura de las arañas podía controlarse elevando o bajando el campo eléctrico.
«Si desconectas la tensión, ves que las arañas comienzan a caer lentamente. Puedes jugar con su altitud «.
Aunque fascinante en sí mismo, este descubrimiento podría (al menos en teoría) ayudar al desarrollo de drones pequeños y livianos que podrían volar de la misma manera que ocurre con las arañas, especula el físico Peter Gorham de la Universidad de Hawai, cuyos cálculos teóricos inspiraron el estudio de Morley.
«Las arañas que pesan 100 mg pueden flotar. Eso es más que suficiente para hacer volar un pequeño microprocesador y cámara».
Por otro lado, conocer el proceso por el cual las arañas pueden volar tiene interés para estudiar la ecología de estos animales y el resto de cosas relacionadas con ellos.
Conocer su capacidad de dispersión permite estudiar su dinámica de población, la distribución de sus especies y su capacidad de adaptación a cambios.
El siguiente paso que tomarán los investigadores será tratar de averiguar si hay otros animales capaces de detectar estos campos eléctricos para volar y, además, estudiarán lo analizado aquí directamente en el entorno natural.