Cruel, muy cruel este caso. Un exmagistrado inglés, de nombre Melvyn Hall, ha sido sentenciado a 19 semanas de prisión después de haber golpeado brutalmente a su pastor alemán en la cabeza con un martillo antes de tirarla en el río Tyne, en la ciudad de Newscastle en Reino Unido, según recoge la autora original de este artículo Paula A. Arocha en ABC y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.
El exmagistrado de 71 años acabó ante el Tribunal después que la RSPCA, la Real Sociedad Británica para la Prevención de Crueldad a los Animales, indentificara el cuerpo de Molly, su pastor alemán, que acabó en las orillas del río el 6 de diciembre del año pasado.
Hall, quien anteriormente trabajaba para el NHS, el organismo público no departamental del Departamento de Salud y Asistencia Social de Inglaterra, aclaró ante la acusación de RSPCA que había arremetido contra su perra Molly porque «le estaba molestando», pero al momento de presentarse ante el Tribunal declaró que la había golpeado con un martillo por accidente al intentar de atrapar un ratón en el salón de su casa.
Molly, de seis años, tenía un microchip instalado el cual llevó a la RSPCA y su equipo a encontrar el cuerpo en el río. Una vez localizado el cadaver, la inspectora Rowena Proctor, especificó ante los medios que el dueño de Molly había dicho distintas versiones de lo sucedido pero nunca la verdad: «Hall mintió al comunicarle al equipo de rescate que su perra había muerto de un aneurisma cerebral y que había sido vista por un veterinario local pero que no podía recordar el nombre del especialista que la trató».No obstante, en los diferentes encuentros que tuvo Hall con los inspectores había declarado una versión distinta que se basaba en que un día como cualquier otro, había ido a una tienda para realizar unas compras y al regresar a su casa la encontró muerta. Estas declaraciones fueron hechas antes de que él mismo admitiera ante la policía que había estrangulado a su perra con una cuerda de un tendedero de ropa y golpeado en la cabeza con un martillo hasta matarla en el cobertizo de su jardín.
Ante la crueldad de los hechos y los resultados de la autopsia, Hall admitió los dos delitos por causar un sufrimiento innecesario a su mascota: «La he matado porque me tenía de los nervios, me seguía a todas partes». Debido a las diferentes versiones de su aclaración, los magistrados analizaron los resultados de la autopsia en los cuales se vieron claramente reflejados las numerosas fracturas en el cráneo y la evidencia de una hemorragia.
Según el veterinario que inspeccionó el cuerpo de Molly, la hemorragia no fue la principal causa de su muerte inmediata: «El período de sufrimiento no es posible establecerlo debido a la descomposición de su cuerpo. A pesar de la intensidad del dolor de una fractura de cráneo, el ataque por parte de una persona que supuestamente la cuidaba desencadenó una angustia causando su muerte en cuestión de segundos».
Tomando en cuenta sus 46 años de servicio en un departamento de salud, y sus 5 años como magistrado, el Tribunal ha sentenciado a Hall a 19 semanas de prisión además de la prohibición de tenercualquier tipo de animal de por vida, a excepción de peces.
