Los hechos tuvieron lugar en Halloran Springs, en el desierto de Mojave

La Policía busca a los autores de la matanza a balazos de burros en California

Desde mayo, se ha encontrado a un total de 42 burros asesinados. Ya en 1953, hubo una masacre similar en el cañón Homewood, también en California

Salvación de un burroPD

Unos animales dóciles y tranquilos. En el desierto californiano de Mojave zumban las moscas sobre decenas de putrefactos burros salvajes masacrados a balazos por «uno o varios individuos», por los que, al estilo del viejo oeste, se ofrece una jugosa recompensa monetaria.

Hay alguien matando burros salvajes a disparos en California desde hace meses y una recompensa para capturarlo al estilo wild west.

La muerte de más de 40 asnos desde el pasado mayo cerca de una carretera en el desierto de Mojave, en California, ha iniciado una búsqueda pública del forajido. La recompensa para quien ayude a identificar al autor o autores va creciendo con las aportaciones de donantes, y ya supera los 45.000 euros, unos 50.000 dólares, según The Washington Post.

Desde el pasado mayo se han encontrado los cadáveres de 42 burros abatidos a lo largo de 95 kilómetros de la carretera que une las poblaciones de Halloran Springs, en California, y Primm, en Nevada, cerca del extremo norte del Mojave, en la principal vía de comunicación entre Los Ángeles y Las Vegas. A la recompensa inicial se han ido sumando otras cantidades, que ya incluyen aportaciones de donantes anónimos, fundaciones o instituciones públicas.

Burros salvajes en el desierto de California.

La captura, hostigamiento o muerte de uno de estos animales está castigada con un año de cárcel y una multa cercana a los 2.000 dólares. Los asnos muertos formaban parte de una manada de cerca de 120 ejemplares, según una portavoz. Los cadáveres encontrados permiten aventurar que el autor de los disparos, que parece utilizar un rifle, se dedica a apuntar al cuello de los solípedos desde la distancia.

“Los caballos salvajes y los burros son un icono del oeste americano, y forman parte de nuestra herencia cultural. Seguiremos cualquier pista hasta capturar a los responsables de estas muertes crueles y salvajes”, explicó la pasada semana William Perry Pendley, de la Oficina de Administración de Tierras estadounidense.

Los burros fueron introducidos en Norteamérica por los españoles, explica el citado medio, y fueron cruciales durante la fiebre del oro como animales de carga. Se expandieron tanto los pollinos ante la falta de depredadores naturales que a mediados del siglo pasado las matanzas masivas fueron comunes hasta que su declive obligó a protegerlos en los años setenta.

Las autoridades estadounidenses estiman que cerca de 16.000 burros habitan las áreas bajo supervisión pública.

En la zona de Halloran Springs, cerca de un lugar donde hay contenedores con agua fresca para estos animales, se pudieron ver diseminados entre los arbustos espinosos los restos de nueve burros.

Masacre de burros en el desierto de California.

De algunos solo quedaban partes desmembradas, pues habían sido devorados por animales salvajes.

Estos burros formaban parte de una manada de unos 120 ejemplares que habitan el monte Clark, según fuentes de la Oficina de gestión de tierras (BLM) del Departamento del Interior de Estados Unidos.

Agentes de la BLM comenzaron en mayo pasado a encontrar burros muertos a tiros en áreas del desierto de Mojave, entre Halloran Springs, California, y el pueblo de Primm, en la frontera con el estado de Nevada. Hasta ahora son 42 los cuerpos hallados.

«Encontraron más de 40 burros salvajes muertos a balazos, les están disparando cuando están en grupos, les disparan cuando llegan a lugares donde beben agua», dijo Madeline Bernstein, la presidenta de la Sociedad para la Prevención de Crueldad contra Animales (SpcaLA).

«SpcaLA está extremadamente enojada por esas prácticas, esto es lo que hacemos, prevenimos la crueldad contra los animales, es cruel dispararles y dejarlos morir sufriendo en el desierto», declaró.

BLM y varias organizaciones «a favor del bienestar» de la vida salvaje ofrecen una «recompensa» de 60.000 dólares «por información» para «arrestar» y «procesar judicialmente» a los responsables de las muertes de los asnos silvestres, que son descendientes de los que sirvieron a los buscadores de oro del siglo XIX.

Al pasar «la fiebre del oro en el viejo oeste estadounidense» y dejar de ser útiles para los buscadores del preciado metal, los burros quedaron abandonados a su suerte y hoy sus descendientes forman manadas de «adorables mascotas silvestres», dijo Bernstein.

Los burros salvajes son animales protegidos del «acoso, marcaje con hierro, captura o muerte» por la ley Wild Free Roaming Horses and Burros de 1971, promulgada por el Congreso y aprobada por el presidente Richard Nixon (1969-1974).

Los infractores de esta ley enfrentan una multa de 2.000 dólares o un año en la cárcel.

En el texto legal «se refieren a estos animales como un símbolo de Estados Unidos, del espíritu pionero del oeste, con una visión de que son animales históricos», destacó la directora de SpcaLA.

Dos burros en el desierto del Mojave.

A lo largo de la historia hay registros de agresiones y «problemas con los burros y caballos salvajes que andan libres en California», dijo Bernstein sobre las razones por las que SpcaLA cabildeó para que se los protegiese con una ley.

«A los hombres en caballos ‘mustang’ les gusta cazarlos y hay hacendados que creen que compiten por pasto y agua con animales de su propiedad», indicó.

Una masacre similar a la de ahora ocurrió en 1953 en el cañón Homewood, cercano a Trona, California, donde medio centenar de burros salvajes fueron abatidos a balazos.

Ha habido ocasiones en las que «el mismo Gobierno ha querido matar a parte de la población (de burros) para manejar la demografía, y hemos objetado con muchos abogados a favor del bienestar de los animales», afirmó Bernstein.

Sarah Webster, portavoz de la BLM, dijo que en los estados del oeste estadounidense hasta el 1 de marzo de 2019 la población de burros salvajes era de 16.198, de los cuales en California eran 4.727, porque hoy hay que descontar los 42 muertos por disparos de armas de fuego.

«Para la BLM es raro encontrar un crimen horrendo como este que ocurre en la jurisdicción de Needles, California», declaró Webster.

«Las muertes de burros en tierras públicas ocurren, pero la mayoría de veces son por causas naturales», contó.

La funcionaria sólo pudo adelantar que la matanza de los borricos fue «con rifle». La «investigación está en curso», porque «es responsabilidad de la BLM mantener a los burros seguros y saludables», dijo Webster.

Stephanie Boyles, científica para la Protección de la Vida Silvestre de la organización The Humane Society, dijo que, inspirados en la obra «Platero y yo», del escritor español Juan Ramón Jiménez (1881-1958), ganador del Nobel de Literatura en 1956, crearon el «Proyecto Platero».

Los fondos para el proyecto de protección de los burros los aportó un donante anónimo, que, al enterarse de la matanza «sumamente triste» en el desierto de Mojave, donó más de la mitad de los 60.000 dólares de recompensa «para arrestar» al autor o los autores.

«Bajo estas horribles circunstancias queremos concienciar sobre la importancia cultural e histórica de estos animales para el suroeste estadounidense», declaró Boyles.

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