La vida se abre camino.
Ocho avistamientos reportados de una criatura que se cree extinta están obligando a los expertos a preguntarse si aún podría estar viva.
Se trata del tigre de Tasmania, un gran carnívoro marsupial rayado que se extinguió en 1936.
El tigre de Tasmania, también conocido como tilacino o lobo marsupial, es una de las especies más emblemáticas y enigmáticas que han desaparecido en tiempos recientes.
Este fascinante animal, que no era ni un tigre ni vivía exclusivamente en Tasmania, ha captado la imaginación de científicos y público en general, convirtiéndose en un símbolo de la pérdida de biodiversidad y los errores del pasado en la conservación de especies.
El último tilacino conocido, llamado Benjamin, murió en cautiverio en el zoológico de Hobart, Tasmania, el 7 de septiembre de 1936.
Desde entonces, este día se conmemora como el Día Nacional de las Especies Amenazadas en Australia.
Sin embargo, la historia del tigre de Tasmania no termina con su extinción. En los últimos años, los avances científicos han reavivado la esperanza de poder «desextinguir» a esta especie única.
El tilacino (Thylacinus cynocephalus) era un marsupial carnívoro que habitaba en Australia, Nueva Guinea y Tasmania. Su apariencia era similar a la de un perro o lobo, pero con características únicas que lo distinguían de cualquier otro animal.
Tenía un pelaje de color marrón amarillento con rayas negras distintivas en la parte posterior del cuerpo y la cola, lo que le valió el apodo de «tigre».
La extinción del tigre de Tasmania es una historia trágica de ignorancia y persecución humana.
Cuando los colonos europeos llegaron a Tasmania en el siglo XIX, consideraron al tilacino como una amenaza para sus rebaños de ovejas.
Aunque no estaba demostrado que estos animales causaran importantes pérdidas de ganado, se inició una campaña de exterminio.
En 1888, el gobierno de Tasmania aprobó un programa de recompensas por la matanza de tilacinos, lo que aceleró drásticamente su declive.Curiosidades y anécdotas sobre el tigre de Tasmania:
- El tilacino podía abrir su mandíbula hasta 120 grados, una capacidad única entre los mamíferos.
- A pesar de su apodo, el tigre de Tasmania no estaba relacionado con los felinos. Era un marsupial, más cercano a los canguros y koalas.
- El último tilacino salvaje confirmado fue abatido por un granjero en 1930, seis años antes de la muerte del último ejemplar en cautiverio.
- Existe un video en blanco y negro de Benjamin, el último tilacino conocido, que ha sido recientemente restaurado y coloreado.
- El tigre de Tasmania aparece en el escudo de armas de Tasmania, sosteniendo un escudo que, irónicamente, muestra ovejas.
En los últimos años, los avances en genética y biología molecular han abierto nuevas posibilidades para el estudio y potencial resurrección del tigre de Tasmania. En 2022, un equipo de investigadores logró secuenciar, por primera vez, el ARN de esta especie extinta.
Este logro, publicado en la revista Genome Research, marca un hito importante en el campo de la paleogenómica.
El Dr. Emilio Mármol Sánchez, biólogo computacional del Centro de Paleogenética y SciLifeLab en Suecia y autor principal del estudio, explica: «Este conocimiento de la composición genética del tigre de Tasmania podría ser clave en los esfuerzos recientes para recuperar a la especie de alguna forma».
El proyecto de «desextinción» del tilacino es liderado por el epigenetista Andrew J. Pask, quien ha calificado el reciente estudio de ARN como «pionero».
La idea de revivir especies extintas, aunque controvertida, está ganando terreno en la comunidad científica y ha atraído la atención de empresas como Colossal Biosciences, que también trabaja en proyectos para resucitar al mamut lanudo.
Sin embargo, la posibilidad de traer de vuelta al tigre de Tasmania plantea numerosas cuestiones éticas y prácticas.
¿Sería ético recrear una especie que se extinguió debido a la acción humana? ¿Cómo se reintroduciría en un ecosistema que ha cambiado significativamente desde su desaparición?
¿Qué impacto tendría en la fauna y flora actuales de Tasmania?
Mientras estos debates continúan, el tilacino sigue vivo en la memoria colectiva de los australianos, especialmente de los tasmanos.
Se estima que, en un momento dado, uno de cada tres tasmanos afirmaba haber tenido un avistamiento «auténtico» del tigre de Tasmania, décadas después de su supuesta extinción.
Estos relatos, aunque no confirmados científicamente, demuestran el profundo impacto cultural que este animal ha dejado en la isla.El caso del tigre de Tasmania nos ofrece valiosas lecciones sobre conservación y la importancia de proteger las especies antes de que sea demasiado tarde.
La ironía de que la especie fuera declarada protegida apenas dos meses antes de la muerte del último ejemplar conocido es un recordatorio doloroso de cómo la burocracia y la falta de acción pueden tener consecuencias irreversibles.
Mientras la ciencia avanza en la posibilidad de revivir al tilacino, es crucial que aprendamos de los errores del pasado. La protección de las especies en peligro de extinción y la conservación de sus hábitats deben ser prioridades globales.
El tigre de Tasmania, sea que vuelva o no a caminar por los bosques de Tasmania, seguirá siendo un poderoso símbolo de lo que podemos perder si no actuamos a tiempo para proteger nuestra biodiversidad.
En conclusión, la historia del tigre de Tasmania es un recordatorio fascinante y trágico de la fragilidad de la vida en nuestro planeta.
Su posible «desextinción» nos plantea preguntas profundas sobre nuestra relación con la naturaleza y nuestra responsabilidad en la preservación de la biodiversidad.
Mientras tanto, el tilacino continúa cautivando nuestra imaginación, recordándonos que la ciencia, la conservación y la ética deben ir de la mano en nuestro esfuerzo por proteger y, quizás, recuperar las maravillas del mundo natural.

