Según los últimos datos proporcionados por WWF, actualmente se estima que la población de linces está entre 820 y 830 en todo el terreno peninsular, incluyendo Portugal, lo que supone un total de 150 nuevos ejemplares, es decir, un aumento del 22% de la población total.
El lince ibérico es una de las especies más sensibles del mundo pero también es una de las más vigiladas, gracias a las cámaras ocultas de alta tecnología que han colocado los científicos para estudiarlos.
Su hábitat natural es Doñana y Sierra Morena y viven libres y en los bosques mediterráneos, uno de los lugares con mayor biodiversidad de toda Europa.
Este felino, el más amenazado del mundo, disfruta de un manjar particular: el conejo.
WWF lleva mucho tiempo intentando implementar medidas para que las poblaciones de conejos se recuperen, y de esa forma ayudar a los linces ibéricos.
Los expertos tras asegurar en Andalucía que los linces se reproducían con cierta normalidad, se hizo esencial buscarles nuevos territorios donde pudieran expandirse y crear nuevas poblaciones. El resultado se refleja en los datos de nuevos ejemplares.