Los tardígrados son conocidos como los ‘osos de agua’.
Un animal que, pese a ser microscópicos, cuentan con una habilidad de supervivencia envidiable. Un sistema que, a pesar de no ser muy complejo, es totalmente efectiva: retraen sus ocho patas y la cabeza y se dejan disecar.
Para entender la capacidad de estos animales, aunque se arroje a uno de estos seres a una hoguera, se someta al vacío o se congele, es posible que sobrevivan.
La Universidad de Copenhague sin embargo ha logrado dar con su punto débil: el calentamiento global. En este sentido, una investigación advierte que, pese a su fuerza, podría extinguirse debido al aumento de las temperaturas de los océanos.
Los resultados de una investigación científica muestran que los tardígrados metabólicamente activos son vulnerables a las altas temperaturas; pero la aclimatación podría proporcionar un aumento de la tolerancia a esas temperaturas. Ahora bien, no se trata de un problema de resistir a la temperatura, sino del tiempo que pasa sometida a ella.
Los científicos habían descubierto que los tardígrados tienen lo que parece casi un superpoder. Cuando se secan, retraen la cabeza y sus ocho patas, se arrugan formando una pequeña bola y entran en un profundo estado de animación suspendida que se parece mucho a la muerte.
En este sentido, expulsan casi toda el agua de su cuerpo y su metabolismo se ralentiza al 0,01% de la tasa normal. Hasta ahí todo está bien, pero el problema radica en el tiempo que tendrán que estar expuestos a unas temperaturas que consideran hostil.
En el estudio, los especímenes metabólicamente activos que fueron sometidos a temperaturas de 37,1 grados centígrados, sin aclimatación, durante 24 horas, solo el 50% logró sobrevivir.
Eso demostró que el aumento de la temperatura en el planeta podría ser casi letal para la especie.