A pesar de que las arañas son principalmente insectívoras, también se pueden convertir en el terror de las serpientes.
El estudio, publicado en el American Journal of Arachnology, constata que las arañas comen serpientes en todos los continentes excepto en la Antártida.
El ochenta por ciento de los incidentes estudiados se observaron en los EEUU y Australia. En Europa, por otro lado, este comportamiento de alimentación de las arañas se ha observado muy raramente (menos del 1 por ciento de todos los incidentes reportados) y se limita al consumo de serpientes pequeñas no venenosas de la familia de las serpientes ciegas (Typhlopidae) por pequeñas arañas constructoras de telarañas.
El análisis de datos también mostró que las arañas de 11 familias diferentes pueden atrapar y comer serpientes. «Que tantos grupos diferentes de arañas a veces coman serpientes es un hallazgo completamente nuevo», enfatiza el aracnólogo de la Universidad de Basilea Martin Nyffeler, autor del estudio.
Las viudas negras de la familia Theridiidae fueron las cazadoras de serpientes exitosas en aproximadamente la mitad de todos los incidentes observados. Su potente veneno contiene una toxina que se dirige específicamente al sistema nervioso de los vertebrados. Estas arañas construyen telas compuestas de seda extremadamente resistente, lo que les permite capturar animales de presa más grandes como lagartos, ranas, ratones, pájaros y serpientes.
Otro hallazgo nuevo del metanálisis: las arañas pueden someter a las serpientes de siete familias diferentes. Pueden vencer a las serpientes de 10 a 30 veces su tamaño.
Las serpientes más grandes capturadas por arañas miden hasta un metro de largo, las más pequeñas solo unos seis centímetros. Según el análisis estadístico realizado por los dos investigadores, la longitud media de las serpientes capturadas fue de 26 centímetros.
La mayoría de las serpientes capturadas eran animales muy jóvenes recién nacidos. El hecho de que algunas arañas sean capaces de someter a presas de gran tamaño se debe a sus neurotoxinas altamente potentes y sus redes fuertes y resistentes.
Muchas especies de arañas que ocasionalmente matan y comen serpientes tienen veneno que también puede ser letal para los humanos. Eso significa que el veneno de varias especies de arañas tiene un efecto similar en el sistema nervioso de las serpientes y los humanos.
Por esta razón, las observaciones de arañas que se alimentan de vertebrados también pueden ser importantes para la neurobiología, ya que permiten sacar conclusiones sobre los mecanismos por los que las neurotoxinas de las arañas afectan el sistema nervioso de los vertebrados.
Las serpientes capturadas son cualquier cosa menos indefensas: alrededor del 30 por ciento son venenosas. En los Estados Unidos y América del Sur, las arañas a veces matan serpientes de cascabel y serpientes coralinas altamente venenosas. En Australia, las serpientes marrones (que pertenecen a la misma familia que las cobras) a menudo son presa de las arañas redback (viudas negras australianas). Martin Nyffeler dice: «Estas serpientes marrones se encuentran entre las serpientes más venenosas del mundo y es realmente fascinante ver que pierden peleas con las arañas».