Los científicos encontraron en los fósiles de las heces de dinosaurios la clave para ‘traer a la vida’ al pequeño escarabajo ‘Triamyxa coprolithica’.
Se trata del primer insecto descrito a partir de heces fósiles, probablemente de un dinosaurio ‘Silesaurus opolensis’, que lo ingirió en grandes cantidades.
En un estudio publicado en la revista ‘Current Biology’, paleontólogos de vertebrados de la Universidad de Uppsala y entomólogos de la Universidad Nacional Sun Yat-sen (Taiwán), la Friedrich-Schiller-Universität Jena (Alemania) y la Universidad de Guadalajara (México) utilizaron microtomografía de sincrotrón para reconstruir en 3D los escarabajos cuando aún estaban atrapados en la materia fecal fosilizada, que data de hace 230 millones de años.
El coprolito contenía abundantes partes del cuerpo de los escarabajos, la mayoría pertenecientes a la misma especie pequeña. Unos pocos ejemplares se encontraron casi completos, con gran parte de las delicadas patas y antenas aún intactas.
El buen estado de conservación de estos fósiles permitió realizar una descripción detallada del nuevo género de escarabajos y compararlo con otros más modernos.
El ‘Triamyxa coprolithica’ representa un linaje extinto hasta ahora desconocido del suborden Myxophaga, cuyos representantes modernos son pequeños y viven sobre algas en ambientes húmedos.
«Estamos absolutamente sorprendidos por la abundancia y la fantástica conservación de los escarabajos en el fragmento de coprolito. En cierto modo, debemos dar las gracias al Silesaurus, que probablemente fue el animal que nos ayudó a acumularlos», afirma Martin Qvarnström, investigador de la Universidad de Uppsala y uno de los coautores del trabajo.
El ‘Silesaurus opolensis’ -probable productor del coprolito- era un ancestro de dinosaurio relativamente pequeño, con un peso corporal estimado de 15 kilogramos, que vivió en Polonia hace aproximadamente 230 millones de años.