No todos los días te encuentras con la noticia de que hacer una foto puede costarte el precio de un buen piso en el centro de Barcelona.
Pero así es: dos personas han sido denunciadas por agentes rurales en el Pallars Sobirà, en pleno corazón del Pirineo catalán, por intentar inmortalizar a un urogallo común en libertad durante la época más delicada del año: la reproducción.
La sanción a la que se enfrentan podría ascender hasta los 200.000 euros.
Sí, lo has leído bien, ¡200.000 euros! Ni el mejor objetivo ni la cámara más puntera valen tanto como esa instantánea prohibida.
La escena parece sacada de una película de suspense naturalista: uno de los fotógrafos fue sorprendido camuflado, pernoctando en plena naturaleza, con su equipo listo para captar al escurridizo ave. El otro ya era reincidente y había publicado sus imágenes en redes sociales, contribuyendo a ese efecto llamada que tanto preocupa a los conservacionistas. Porque cuando las fotos se viralizan, los curiosos no tardan en llegar… y los problemas para el urogallo tampoco.
La protección del urogallo: una necesidad urgente
El urogallo común no es un pájaro cualquiera. Con su aspecto robusto y ese aire de «divo» del bosque, es uno de los símbolos más emblemáticos de la fauna ibérica y europea. Pero también uno de los más amenazados. Tanto es así que está incluido en la categoría “En peligro de extinción” dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas. En España quedan apenas unos 700 ejemplares repartidos entre la cordillera Cantábrica y los Pirineos: unos 292 en la zona cantábrica y 404 en la pirenaica.
La situación es tan crítica que las autoridades han intensificado la vigilancia, especialmente durante el periodo reproductor, cuando cualquier alteración puede ser fatal para el éxito de las puestas y la supervivencia de los pollos. La presencia humana descontrolada (ya sea para tomar fotografías o por simple curiosidad) genera estrés y puede provocar el abandono de nidos o impedir el cortejo, comprometiendo aún más las ya escasas posibilidades del urogallo.
¿Por qué está tan amenazado el urogallo?
Las causas del declive del urogallo son múltiples y complejas:
- Pérdida y fragmentación del hábitat: La explotación forestal, la construcción y otras actividades humanas han reducido drásticamente sus bosques preferidos.
- Presión humana creciente: El turismo, las actividades recreativas y el auge de la fotografía de naturaleza sin control han multiplicado las molestias durante épocas clave.
- Depredadores y cambios climáticos: El aumento de depredadores naturales y las alteraciones provocadas por el cambio climático afectan negativamente a sus poblaciones.
- Regresión alarmante: Solo entre los años 40 y el 2000 murieron unos 6.000 ejemplares, el 95% machos.
No es casualidad que los agentes rurales estén especialmente atentos estos meses. Y tampoco sorprende que las sanciones sean tan elevadas: se busca disuadir cualquier intento irresponsable que pueda poner en jaque la recuperación del ave.
¿Están realmente en peligro de extinción?
La respuesta es clara: sí, y mucho. El urogallo común atraviesa uno de sus peores momentos históricos. Los censos recientes confirman que las poblaciones están al borde del colapso en varias comunidades autónomas españolas. En Aragón, por ejemplo, apenas quedan entre 114 y 193 individuos tras un estudio genético realizado entre 2021 y 2022. En Navarra, solo se han detectado tres machos y cuatro hembras en los últimos muestreos.
La tendencia negativa no da tregua pese a los esfuerzos institucionales: mejora del hábitat, seguimiento mediante emisores GPS (en León ya hay una docena marcados), extracción selectiva de depredadores e iniciativas conjuntas con Francia para proteger la especie. A pesar de todo ello, los expertos insisten en que hay que ser prudentes porque “la situación sigue siendo preocupante”.
El efecto llamada: cuando una foto puede poner en peligro a toda una especie
La difusión masiva de imágenes del urogallo en redes sociales ha provocado un aumento notable de visitantes en sus zonas tradicionales de canto. Esta moda fotográfica puede parecer inofensiva pero tiene efectos devastadores sobre unas aves extremadamente sensibles a la presencia humana.
Los expertos alertan: incluso acciones aparentemente inocentes como caminar cerca o pernoctar camuflado para esperar «la foto perfecta» pueden arruinar una temporada reproductora entera. Por eso existen restricciones tan severas para acceder a estos espacios naturales protegidos sin permiso expreso.
Curiosidades sobre el urogallo
- El macho adulto del urogallo puede superar los 4 kilos y luce un plumaje espectacular con tonos verdes metálicos en el pecho y cola desplegada como abanico durante el cortejo.
- Su nombre científico es Tetrao urogallus, aunque algunos lo llaman “gallo montés”.
- Durante el cortejo matinal emite unos sonidos muy peculiares parecidos a chasquidos y burbujeos.
- Es un ave muy tímida y solitaria fuera de la época reproductora.
- Antaño su presencia era habitual en gran parte del norte peninsular; hoy solo sobrevive en pequeños núcleos muy aislados.
- El 95% de las muertes históricas registradas corresponden a machos, especialmente vulnerables durante sus exhibiciones nupciales.
- Los huevos suelen estar muy camuflados entre vegetación baja; cualquier perturbación humana puede hacer que sean abandonados.
La próxima vez que veas una foto viral de un urogallo recuerda: tras ese instante congelado puede haber años de trabajo científico… o una multa digna del «Guinness». La conservación empieza respetando lo invisible; incluso cuando lo más tentador sea sacar la cámara.